La complejidad de la humana es tal que existen diversos síntomas que se relacionan con múltiples situaciones y que no todas representan algo de qué preocuparse.

El cuerpo de las personas experimenta muchos procesos y reacciones, la mayoría como parte normal de su funcionamiento y otras como verdaderas señales de que algo no está del todo bien.

El cuerpo nos ofrece señales. Fuente: Freepik
El cuerpo nos ofrece señales. Fuente: Freepik

Esos síntomas o señales que el cuerpo humano experimenta suelen despertar un alerta en las personas y por ello terminan acudiendo a la consulta médica, preocupadas por su salud. Sin embargo, existen ocasiones que estas señales no representan algo invasivo o suceden con cierta frecuencia que son interpretadas como algo normal y no despiertan preocupación alguna.

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El cuerpo nos ofrece señales

Una de las señales más comunes y de la cual es posible que muy pocas personas sepan en profundidad, es la ocurrencia de espasmos a la hora de dormir. Se trata de un fenómeno fisiológico muy común cuando nos estamos quedando dormidos o al poco tiempo de hacerlo, y que se debe a estímulos nerviosos que se escapan de nuestro cerebro hacia las extremidades, explica el Instituto Europeo del Sueño.

El cuerpo nos ofrece señales. Fuente: Freepik
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Los especialistas de la salud entienden que estos espasmos que se producen al dormir pueden deberse a la falta de sueño, el consumo en exceso de café, el estrés o por haber realizado ejercicio físico de forma intensa.

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Desde el Instituto Mayo Clinic señalan que estos espasmos, por lo general, se experimentan con características como: repentinos, breves, involuntarios, de intensidad y de frecuencia variable, y ubicados en una parte del cuerpo o en todo el cuerpo. Al respecto, recomiendan que si la que lo experimenta nota que se vuelven más frecuentes y persistentes, lo mejor es consultar con un médico para poder llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuados.

En tu caso, si experimentas espasmos al dormir en algunas oportunidades y quieres evitarlos, puedes probar bajando la intensidad de la actividad física, reduciendo el consumo de café, manteniendo una rutina de sueño de entre 7 y 9 horas, y combatiendo el estrés.

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