El Museo del Juguete Antiguo México (MUJAM) nos sorprende este mes de febrero con una exposición romántica, misma que será permanente. Ubicado en la colonia Doctores de la capital, tiene fama por atraer artistas locales e internacionales que la han transformado en un punto llamativo y colorido.
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Entre sus miles de objetos, el MUJAM conserva una colección que bien podría ser única en el mundo: más de 700 cartas que escribió una enamorada, originaria de Puebla, a su amado a lo largo de la década de 1950.
Si bien en aquellos años el correo en papel era un medio de comunicación muy socorrido, requería tiempo y recursos enviar cartas con frecuencia. Tal y como explica para EL UNIVERSAL el director del MUJAM, el arquitecto Roberto Shimizu, “primero era ir a comprar el timbre, escribir, mandar la carta… y lo canijo es que las guarden”.
Roberto Shimizu comparte las postales que él envió a su familia durante un viaje que hizo tras estudiar la universidad. Resalta que fue su padre quien se dio a la tarea de conservarlas. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
Como experto coleccionista sabe que mantener en buen estado un objeto hecho hace décadas es todo un reto. Por eso es que puede hablar de las buenas condiciones en que recibió esta colección de cartas, mismas que llegaron nada más que en una antigua maleta de viaje.
“Por ejemplo, si les hubiera dado la humedad, todas se habrían pegado entre sí”, nos comenta para luego precisar que el dueño original de esta correspondencia las acomodaba en fajos que amarraba con hilo.
Desde el inicio era claro el valor de esta colección, una vez que el personal del museo observó el hecho de que todas fueron escritas por una misma persona dejando claras muestras de su esmero y dedicación
Cada una de las cartas tiene marcado un beso con lápiz labial, por lo regular en la hoja al interior, aunque también hay casos en que se aprecia directo en el sobre. El señor Shimizu señala los timbres y dice que es probable que se compraran en serie. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
Además de los timbres postales y los sellos de las oficinas de correo, la gran mayoría cuenta con registro de haberse enviado “Para entrega inmediata”, que sería el equivalente al actual envío exprés de las empresas de paquetería.
De acuerdo con el señor Shimizu, uno de los habituales proveedores del museo fue quien consiguió la petaca con todo y cartas, que por suerte resistieron el paso de los últimos setenta años gracias a que el beliz fue el que recibió los daños.
El beliz, o maleta, que sirvió de empaque para las cartas también se encuentra en exhibición, sobre una de las vitrinas. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
“El museo tiene muchos ‘chachareros’ que le consiguen cosas, pero no dimensionaba yo lo que era esto”, agrega.
Cuando le preguntamos al director cómo fue que se conformó la actual exposición, narra que todo empezó “hace unos dos años, tardamos mucho en sacar el material, entenderle…”.
Debido a que en el MUJAM hay una plantilla de personal no muy numerosa, que sin embargo trabaja con miles de artefactos, no fue posible leer el contenido de todas y cada una de las apasionadas cartas antes de conformar la exposición en que figuran hoy.
La sala "Amor a la Mexicana" se encuentra en el tercer piso del museo. Aarón Cuevas dice que siempre recomienda iniciar el recorrido en el cuarto piso y continuar hasta el primer nivel. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
Aunque por un lado es cierto que no se conoce por completo la historia de amor que haya vivido la autora con su amado, por otro lado, es verdad que sí se conocen algunos detalles que vale la pena destacar.
Se sabe que en cada sobre venía una sola hoja doblada en tres, siempre escrita a mano y siempre un su beso en color rosado, imposible de ignorar por la nitidez que conserva el color hasta la fecha.
Además de las cartas hechas en hojas de papel blanco, la colección incluye algunas tarjetas de regalo, en su mayoría de temática navideña. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
Por discreción, el museo procuró no dejar a la vista datos personales como el domicilio del remitente o los nombres completos, pero hay al menos una tarjeta en la que se lee escrito a mano “Pina ama a Enrique”.
Luego de unos dos meses de trabajos en los que participó todo el personal del MUJAM, que según comenta Aarón Cuevas es la forma de trabajo usual, se completó la exhibición actual, para la que improvisaron vitrinas con puertas de madera sólida, en cuyas ventanitas colocaron las cartas dispuestas en forma de “abanicos” de once sobres cada uno.
El señor Shimizu señala que el vocabulario de la poblana enamorada no deja dudas de que sabía comunicar su pasión, pues entre las líneas que se alcanzan a ver habla de forma muy propia pero expresiva. Foto: Diego Simón/EL UNIVERSAL.
Como complemento, la sala “Amor a la Mexicana” muestra también las muñecas Michel Ette, que en los años 70 fueron de las primeras en tener articulaciones, y una puerta que recién intervino la artista jalisciense Pez Felino.
El MUJAM se encuentra abierto al público entre semana de 10:30 a 15:30, en el número 15 de la calle Dr. Olvera, colonia Doctores. El costo de acceso es de sólo 50 pesos, con la excepción de días de eventos especiales y talleres.