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Entre los temas que pueden incluirse junto a la alimentación están las bebidas, en especial las que contienen alcohol. En exceso este puede ser un factor causal de más de doscientas +, traumatismos y diversos problemas de salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este marco, existe la creencia de que beber una copa de vino o de cerveza al día ofrece bondades para el cuidado de la salud en general. Sin embargo, no hay suficiente evidencia de eso, ni siquiera un nivel seguro de consumo por lo que el Ministerio de Sanidad de España remarca que los límites de consumo promedio de bajo riesgo pueden ubicarse en 20 gramos al día en hombres y 10 gramos por día en mujeres.
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Un truco al beber cerveza
Si nos centramos en el consumo de cerveza, una de las bebidas más elegidas, resulta interesante abordarla desde uno de las consecuencias que tiene en muchas personas. Si bien no puede decirse que sea un problema de salud, es muy común que quienes ingieren este tipo de bebidas luego experimenten inflamación en su vientre y algún tipo de malestar estomacal.
Esa inflamación que experimentan muchas personas luego de beber cerveza tiene como causas los efectos del alcohol en el organismo y la fermentación de los ingredientes que la componen, según datos del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo de Estados Unidos. Al ser elaborada, la cerveza sufre un proceso de fermentación de levadura, cebada y otros ingredientes que a su vez dan surgimiento a compuestos que se encargan de hinchar el vientre y provocar irritación en el tracto gastrointestinal.
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Beber cerveza también puede irritar el intestino delgado y, sumado al alcohol, ofrece un espacio propicio para la proliferación de toxinas y bacterias que pueden afectar la salud digestiva. En este marco, también pueden darse situaciones de intolerancia o sensibilidad a ciertos ingredientes de la cerveza por lo que, si es algo muy recurrente, lo ideal es consultar con un médico y, como remarca el Instituto Mayo Clinic, siempre beber con moderación.
Más allá de lo señalado anteriormente, existe un truco para que puedas beber cerveza sin culpa de un vientre inflado. La clave está a la hora de servirte ya que en ese momento debes dejar que se forme espuma. Despegando la boquilla de la botella del vaso permitirás que la espume se forme y así la cerveza libera su exceso de gases. De esta manera, cambiará las consecuencias que tu cuerpo experimentará al beberla.
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