Los alimentos son una parte esencial de la vida y supervivencia de las personas. Los de origen natural, principalmente, ayudan a incorporar minerales, fibras, vitaminas y proteínas que el cuerpo utiliza para su funcionamiento, mantenimiento y para reforzar su salud.
En esta oportunidad, nos centraremos en una verdura muy habitual en las cocinas del mundo y muy recomendada de incorporar entre los alimentos habituales de las personas por su aporte a la salud. Se trata de la cebolla, originaria de Asia y que es rica en fibra, hierro, calcio, potasio, sodio, vitamina C, flavonoides y distintos compuestos azufrados, de acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (España).
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Al respecto, y más allá de los nutrientes que la cebolla le aporta a nuestro cuerpo, nos centraremos en su conservación. Desde la Clínica Universidad de Navarra hacen referencia en general a la conservación de los alimentos como algo imprescindible para evitar las alteraciones naturales, proliferación y contaminación por microorganismos.
Hay alimentos que se conservan adecuadamente con frío, mientras que otros necesitan ser preservados de la luz, del oxígeno, del aire o de la humedad, advierten desde el Servicio de Atención a la Diversidad y Voluntariado de la Universidad de Murcia (España). Sus expertos afirman que, en general, los alimentos son perecederos, por lo que necesitan ciertas condiciones de tratamiento, conservación y manipulación para ser consumidos en condiciones adecuadas.
En el caso de la cebolla, se almacenan mejor en un lugar fresco, seco y sin el contacto directo con la luz, de acuerdo a un informe de la Facultad de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos). Además, sin pelarla podría extender su duración por más de tres semanas por lo que estaría siempre en óptimas condiciones para incorporarla en nuestra alimentación y aprovechar los beneficios que ofrece para nuestra salud.
Si de todos modos, si gustan de conservarla en un ambiente frío como una heladera, es importante saber que la cebolla puede absorber humedad y esto provoca alteraciones en su textura. Además, si ya ha sido pelada y cortada, es aconsejable introducirla en un recipiente hermético antes de guardarla en la heladera y, antes de utilizarla, revisarla muy bien.
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