En un mundo donde la automatización y el ritmo acelerado de vida son la norma, la conexión con nuestro cuerpo puede parecer una prioridad secundaria. Sin embargo, la psicología destaca que esta conexión es esencial para nuestra salud mental y bienestar general. Diversos estudios y expertos subrayan la necesidad de prestar más atención a las sensaciones corporales y cómo esto puede tener un impacto positivo en nuestra vida diaria.
La psicología moderna enfatiza que la mente y el cuerpo están intrínsecamente ligados. El estrés, la ansiedad y otras afecciones mentales no solo afectan nuestra mente, sino que también se manifiestan físicamente. Los psicólogos Norman Farb y Zindel Segal, de la Universidad de Toronto, han investigado cómo la atención plena y la observación de las sensaciones corporales pueden ayudar a romper los hábitos automáticos que perpetúan el estrés y la depresión.
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"Se puede ganar mucho haciendo una pausa y explorando los sentidos, lo que implica redirigir la atención hacia las sensaciones corporales", explican los investigadores. Nuestros cerebros están diseñados para crear hábitos automáticos que nos permiten manejar la vida diaria con eficiencia. No obstante, estos hábitos pueden volverse contraproducentes si no se renuevan regularmente.
Los expertos señalan que aumentar la atención a nuestras sensaciones corporales puede interrumpir estos patrones automáticos. En un estudio realizado en 2022, Farb y Segal analizaron la actividad cerebral de personas en tratamiento por depresión mientras veían clips de películas tristes o neutrales. Descubrieron que aquellos con menor actividad en las áreas sensoriales del cerebro al ver las secuencias tristes tenían un mayor riesgo de recaída en la depresión.
El profesor de psicología Norman Farb, en un estudio publicado en 2023, mostró que concentrarse en la respiración puede desactivar las funciones corticales superiores asociadas con la resolución de problemas, sugiriendo que aumentar la conciencia corporal disminuye la atención en otros estímulos. Esto refuerza la idea de que la búsqueda sensorial puede ser una herramienta efectiva para reducir el estrés y promover la salud mental.
Implementar la búsqueda sensorial en la vida diaria no requiere grandes cambios. Simplemente, se trata de prestar atención a las sensaciones físicas cotidianas como el sonido del canto de los pájaros, el aire en nuestra piel o cómo se acelera el pulso al realizar ejercicio. Estos ejercicios pueden ofrecer un impulso significativo a nuestra resiliencia y bienestar, sacándonos de la rutina automática y fomentando la curiosidad y la apertura a nuevas experiencias.
Las intervenciones clínicas centradas en la atención sensorial, como las terapias basadas en la atención plena, han demostrado su efectividad contra los ciclos de depresión recurrente. Para cosechar los beneficios de la búsqueda de los sentidos, basta con sintonizar con nuestras sensaciones más a menudo: sentir el contacto de los pies con el suelo, el calor del sol en la piel o el ritmo de la respiración.
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En un entorno cada vez más exigente, dedicar tiempo a escuchar nuestro cuerpo y explorar nuestras sensaciones internas puede ser una herramienta poderosa para mantener y mejorar nuestra salud mental. Prestar atención a nuestro cuerpo no solo es un ejercicio de bienestar físico, sino una clave esencial para una mente sana y equilibrada.