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A la hora de cuidar de nuestra piel el acné es uno de los problemas más comunes que podemos encontrar.
Según Mayo Clinic, de trata de un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y algunas células cutáneas muertas. Esta situación es las que causa la aparición de puntos blancos, puntos negros o granos.
En este marco, el acné es una de estas formaciones que, por lo general, se da más entre los adolescentes pero que también suele afectar a personas de todas las edades. Cuidar de nuestra piel comienza a volverse aún más imperante cuando vemos estas formaciones, sobre todo si los granos persisten en nuestro rostro y cuestan cicatrizar.
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El acné y las hormonas
Dependiendo del tipo de piel que la persona tenga será la probabilidad de la aparición del acné. En este punto también entra en juego el tipo de cuidado que tenemos de nuestra piel y la exposición a determinados ambientes. Sin embargo, especialistas señalan que existe una relación entre el acné y las hormonas que vale la pena conocer.
Como se manifestó anteriormente, el acné suele aparecer principalmente en edades adolescentes y es justo una etapa de grandes cambios hormonales. En este sentido, cuando se incrementan los andrógenos, que son las hormonas masculinas, nuestra piel aumenta su cantidad de grasa siendo este un “terreno” propicio para la aparición del acné ya que los pros comienzan a taparse.
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Estos andrógenos están presentes tanto en hombres como en mujeres y, durante la adolescencia, su balance se ve alterado por lo que, a pesar de no ser una causa directa de la aparición de acné, crea las condiciones necesarias para estas formaciones en la piel. Ante esta situación, que es normal en estas edades, se recomienda consultar con un dermatólogo para que indique el tratamiento adecuado a seguir. De todos modos, sumar hábitos de higiene con productos concretos mejorará sustancialmente las condiciones y salud de nuestra piel, disminuyendo la probabilidad de padecer puntos blancos, puntos negros o granos.