En el variado reino vegetal, la originaria del sur de África, Hydnora africana, resalta como una de las especies más singulares y misteriosas, ya que presenta una peculiaridad única: crece bajo tierra y solo revela su distintiva flor carnosa, emergiendo a pocos centímetros sobre el suelo.
Lo más destacado de esta planta es que a diferencia de las demás no posee clorofila, por lo tanto, no realiza la fotosíntesis y obtiene nutrientes disolviendo las raíces de otras plantas cercanas, alimentándose de ellas.
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La Hydnora africana se desarrolla bajo tierra mediante raíces fuertes, dejando a la vista solo su flor roja que emana un olor desagradable, similar al de la carne en descomposición, para atraer a sus polinizadores naturales, como los escarabajos.
Lo más fascinante de Hydnora africana se revela en su inusual sistema de reproducción, clasificado como 'mimetismo de sitio de cría con encarcelamiento'. Atrae a insectos polinizadores, especialmente escarabajos, mediante un olor fétido y la producción de calor, una rareza entre las plantas. Una vez que los escarabajos ingresan a la flor engañados, ésta se cierra, capturando al insecto cargado de polen. Posteriormente, la flor se vuelve a abrir, liberando al escarabajo para repetir el ciclo en otra flor cercana.
Entre otras características notables de la Hydnora africana está la ausencia de tallo, hojas y escamas. Además, de que su descubrimiento fue ocasional, cuando el biólogo Iaguk Vidalsaka la encontró mientras ayudaba a una cabra a dar a luz.
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A pesar de su aspecto y olor desagradable, la Hydnora africana no representa una amenaza para las personas, ya que sorprendentemente, su fruto, que crece bajo tierra, es utilizado tanto en alimentación por humanos y diversos animales, como en medicina. Con cerca de 20,000 semillas y un diámetro de hasta ocho centímetros, este fruto tiene un sabor y textura similar a las papas.
La Hydnora africana, más allá de su rareza, continúa demostrando cómo la naturaleza sigue ofreciendo descubrimientos fascinantes y únicos.
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