El se conmemora cada 17 de octubre con la finalidad de crear conciencia sobre la necesidad de encontrar alivio al sufrimiento de personas que padecen enfermedades que causan dolor.

Fue promovido en el 2004 por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés), y otras organizaciones.

Al respecto, hay diversos estudios e investigaciones como el de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) que sugieren métodos en los que no es necesario el tratamiento con fármacos para disminuir distintos tipos de malestares como el dolor de espalda crónico.

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Un artículos de los NIH, describe que es posible reeducar al cerebro para tratar el dolor de espalda crónico, el cual es el tipo de dolor más común entre los habitantes del mundo.

En la investigación mencionan que existe un tratamiento llamado terapia de re-procesamiento del dolor (TRD) que es capaz de ayudar al cerebro a “olvidar” este tipo de dolor.

“La TRD enseña a las personas a percibir las señales de dolor enviadas al cerebro como menos amenazantes”, señala el artículo.

Puede funcionar porque muchas veces el dolor de espalda no necesariamente se ocasiona por una causa física, sino que surge a raíz de cambios cerebrales que persisten tras la curación de una lesión.

“Mediante estos cambios cerebrales, se le advierte que restrinja su movimiento y deje que el cuerpo se recupere; pero, en algunos casos, el dolor puede persistir mucho después de que el daño se haya curado”, señala la investigación.

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¿Cómo funciona el método TRD?

Los participantes que padecían de dolor de espalda crónico de leve a moderado, fueron puestos a observación. Los especialistas descubrieron que las personas que recibieron la TRD tenían menos actividad cerebral asociada con el dolor.

Para ello usaron varias técnicas psicológicas que “reentrenan” el cerebro del paciente para que responda a señales corporales seguras de forma adecuada.

El doctor Tor Wager de Dartmouth College, y Alan Gordon coinciden en que si las causas del dolor de espalda están en el cerebro, las soluciones también pueden estar ahí. En palabras de Wager, esto podría significar que el dolor sea psicológico y no derivado de una enfermedad.

Personas que padezcan dolor de espalda crónico, neuralgias o artritis pueden beneficiarse de los efectos. Foto: Archivo
Personas que padezcan dolor de espalda crónico, neuralgias o artritis pueden beneficiarse de los efectos. Foto: Archivo
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