El queso es uno de los alimentos más apreciados dentro de la gastronomía mundial, no solo por su sabor único, sino también por su contenido nutricional. Aunque el queso es conocido por su alto contenido en grasas saturadas, algunos tipos ofrecen beneficios notables para la salud. Entre ellos destaca el queso azul, un queso francés famoso por su distintivo color y sabor, y sorprendentemente, por sus propiedades anticancerígenas y su capacidad para prevenir migrañas.
El queso azul obtiene su nombre y su característico color gracias al cultivo del moho Penicillium, que se mezcla con la leche durante su fermentación. Este moho le confiere un fuerte aroma y sabor distintivo. A diferencia del famoso Roquefort, que se elabora exclusivamente con leche de oveja, el queso azul puede prepararse con leche de vaca, cabra o oveja, permitiendo una variedad de sabores y texturas.
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El queso azul es una excelente fuente de nutrientes esenciales que fortalecen el sistema inmunológico. Según el sitio de divulgación MasScience, su consumo regular puede prevenir el envejecimiento y estabilizar el funcionamiento digestivo. Esto se debe a su rico contenido en vitaminas A, D y E, así como en vitaminas del grupo B.
Una de las vitaminas destacadas en el queso azul es la B5 (ácido pantoténico), conocida por sus propiedades para combatir el estrés y prevenir el desarrollo de migrañas. La vitamina B5 es crucial para la síntesis de anticuerpos, lo que ayuda a mantener el sistema inmunológico fuerte y resiliente.
Estudios recientes han mostrado que el moho Penicillium en el queso azul produce compuestos como la andrastina A, B, C y D. Estos actúan como inhibidores de enzimas que se asocian al crecimiento y funcionamiento de células malignas, como la farnesiltransferasa y la geranilgeranil transferasa. Estas propiedades anticancerígenas pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer y el desarrollo de tumores.
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El queso azul también tiene un efecto vasodilatador, lo que ayuda a prevenir la hipertensión. Contiene péptidos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE), que contribuyen a la reducción de la presión arterial y promueven la salud cardiovascular.
Este queso es una rica fuente de minerales esenciales como sodio, fósforo, hierro, potasio, yodo, zinc y calcio. Estos minerales son vitales para la regulación de los niveles de líquidos en el organismo, la correcta hidratación, la asimilación y almacenamiento de insulina, y la metabolización de proteínas.
El queso azul es también una fuente importante de ácidos grasos, como el ácido linoleico, oleico y palmítico. Estos ácidos son precursores de compuestos que contribuyen al sabor y aroma característicos del queso azul y tienen beneficios para la salud cardiovascular.
El moho Penicillium en el queso azul produce ácido micofenólico, un compuesto con propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. Esto puede ayudar a prevenir la formación de microbios en el organismo, contribuyendo a una mejor salud general.
Uno de los beneficios más significativos del queso azul es su alto contenido en calcio, esencial para la salud ósea. La presencia de vitamina D en el queso azul mejora la absorción de calcio, fortaleciendo los huesos y los tejidos conjuntivos.