La proteína de , en especial un componente llamado B-conglisina, está ganando atención por sus potenciales beneficios en la salud cardiovascular. Un reciente estudio de la Universidad de Nagoya, en Japón, reveló que este tipo de proteína podría ser clave para proteger el corazón al influir en la microbiota intestinal. Aunque los resultados se obtuvieron en ratones, los hallazgos abren una prometedora línea de investigación.

¿Cómo actúa la B-conglisina en la salud del corazón?

El equipo japonés descubrió que una dieta rica en proteína B-conglisina aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFA, por sus siglas en inglés), como el ácido butírico. Estos compuestos, producidos por bacterias intestinales, tienen efectos antiinflamatorios y mejoran el metabolismo energético del músculo cardíaco. En los ratones estudiados, el consumo de esta proteína redujo el engrosamiento muscular del y disminuyó la cicatrización del tejido cardíaco, problemas habituales en la progresión de enfermedades cardíacas.

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El doctor Nozomi Furukawa, uno de los autores del estudio, destacó que los beneficios cardíacos observados desaparecieron al administrar antibióticos, lo que refuerza la importancia de una microbiota intestinal equilibrada para obtener estos efectos en el corazón.

¿Qué dicen los expertos?

El doctor José Pablo Suárez, especialista en Endocrinología y Nutrición, señala que aunque estos resultados son prometedores, todavía no se pueden extrapolar a humanos. Sin embargo, enfatiza la relevancia de los SCFA producidos por la microbiota, que no solo benefician la salud intestinal, sino también la función cardíaca.

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¿Cómo mejorar la microbiota para cuidar el corazón?

Una dieta equilibrada es clave para mantener una microbiota sana y potenciar los beneficios de alimentos como la soja. Según los expertos, los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, son esenciales. Las legumbres, entre ellas la soja, junto con productos fermentados como kéfir, yogur y miso, también son aliados para favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas.

¿Cuál es el siguiente paso?

Aunque los resultados actuales son preliminares, estudios como este refuerzan el potencial de la dieta para influir en la salud cardíaca. Incorporar la soja como parte de una alimentación balanceada podría ser un paso hacia la protección del corazón, mientras la ciencia avanza para confirmar estos beneficios en humanos.

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