El estreñimiento es un problema que se presenta a la hora de defecar, según señala el Instituto Mayo Clinic. Si bien es algo bastante frecuente, por lo general se previene con cambios en nuestra alimentación ya que entre sus causas figuran la falta de fibra alimentaria, líquido y ejercicio.
Más allá de que no se trata de un problema de salud en particular, si se debe estar atento porque puede que otras enfermedades o determinados medicamentos sean la causa del estreñimiento. Ante estos cuadros, los profesionales de la salud por lo general recomiendan algunos cambios de hábitos en torno a la alimentación que incluye el consumo de productos específicos que colaboran con su prevención.
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Avena para la salud
Para hacerle frente a la prevención del estreñimiento, existe un alimento que es uno de los más recomendados. Se trata de la leche de avena, muy fácil de preparar en casa y que, según indican datos difundidos por la Universidad de Harvard, es una gran alternativa a la leche de vaca. Esta afirmación se debe a su bajo contenido de grasas saturadas y alto aporte de nutrientes.
La leche de avena le aporta a nuestro organismo vitaminas B y E, y minerales como fósforo, hierro, calcio y magnesio. Es por ello que se destaca que se trata de un alimento muy beneficioso para el cuidado de la salud y que se recomienda consumir porque ayuda con la digestión y la prevención del estreñimiento.
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La Universidad de Harvard señala que la prevención del estreñimiento lo logra debido a su contenido de fibra soluble. Incluir la leche de avena en nuestra alimentación también puede ayudarnos a controlar el peso corporal ya que tiene un bajo aporte calórico.
Preparación
Lo primero que debes realizar es dejar durante toda la noche la avena en remojo. Al otro día, se debe filtrar y verter la avena en una licuadora. El siguiente paso es agregarle un litro de agua y un endulzante de su preferencia. Finalmente, se comienza a licuar todo hasta obtener una mezcla homogénea. El resultado debe filtrarse para separar el líquido de lo sólido y listo. La leche de avena puede consumirse de igual manera que la de vaca, mientras que la parte sólida se puede utilizar para otro tipo de preparaciones comestibles.
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