La no solo es conocida por su capacidad de cuidar la salud física, sino también por su papel en la prevención de trastornos neurodegenerativos, según expertos como el nutricionista Marcelo Blank. Este tipo de alimentación, además de ser accesible y flexible, permite mantener un equilibrio perfecto entre el costo económico y los beneficios a largo plazo para el organismo.

¿En qué consiste la dieta mediterránea?

Marcelo Blank la define como más que una simple forma de comer; es un estilo de vida que combina hábitos alimentarios saludables con la actividad física regular. Esta dieta se basa en el consumo de naturales, lo que incluye frutas, verduras, legumbres, granos integrales y pescados ricos en grasas saludables. Lo interesante de este enfoque es que se puede adaptar a diferentes presupuestos, ya que los productos utilizados varían según la temporada y las costumbres locales.

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¿Cómo puede ayudar a prevenir trastornos neurodegenerativos?

Uno de los aspectos más destacados de la dieta mediterránea es su capacidad para reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Esto se debe en gran medida a su alto contenido de antioxidantes, presentes en frutas y verduras, así como en el aceite de oliva. Los antioxidantes combaten el estrés oxidativo en el cerebro, protegiendo las células neuronales. Además, el consumo de pescados grasos, ricos en omega-3, favorece la salud cerebral al reducir la inflamación y mejorar la función cognitiva.

¿Es costosa de seguir?

Una de las grandes ventajas de este enfoque es su versatilidad económica. Al priorizar alimentos de temporada y locales, la dieta mediterránea puede ser accesible para todos los bolsillos. Marcelo Blank enfatiza que la clave está en evitar productos ultraprocesados, que tienden a ser más costosos y menos saludables, en favor de ingredientes naturales y frescos. De esta forma, además de cuidar la salud, también se protege el presupuesto familiar.

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¿Qué otros beneficios tiene para la salud?

La dieta mediterránea no solo protege el cerebro, sino que también es conocida por sus efectos positivos en el sistema cardiovascular y metabólico. Su alto contenido en fibra, proveniente de legumbres y granos integrales, ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y a mantener un peso saludable. A su vez, las grasas saludables provenientes del aceite de oliva y los frutos secos contribuyen a reducir el colesterol “malo” y a proteger el corazón.

¿Cómo comenzar a implementarla?

Marcelo Blank recomienda comenzar de manera gradual, introduciendo más frutas, verduras y cereales integrales en la dieta diaria, y reducir el consumo de alimentos procesados. Además, es esencial combinar esta alimentación con la práctica regular de ejercicio físico, ya que la actividad es un componente esencial de este estilo de vida.

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