El queso ha sido desde siempre un acompañante esencial en nuestras comidas, pero su valor va mucho más allá de su delicioso sabor. Este alimento no solo es un manjar para el paladar, sino también una fuente importante de nutrientes que contribuyen al bienestar general del cuerpo, especialmente en lo que respecta a la salud ósea.
Con el paso de los años, a medida que nuestros huesos se debilitan, el consumo de ciertos alimentos puede marcar la diferencia. Y entre estos, destaca un queso originario de Noruega que se ha ganado un lugar privilegiado por sus beneficios para los huesos y los dientes: el queso Jarlsberg.
¿Qué nutrientes aporta el queso?
El queso, en general, es un alimento sumamente completo, que aporta al organismo una amplia gama de nutrientes esenciales. Entre estos, se encuentran las vitaminas D, A y B12, que son fundamentales para el funcionamiento adecuado del cuerpo. Además, el queso es una rica fuente de minerales como calcio, fósforo, zinc y magnesio, todos ellos cruciales para mantener la salud ósea. Asimismo, contiene proteínas de alto valor biológico, es decir, aquellas que incluyen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para regenerar y mantener tejidos, incluyendo los óseos.
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Aunque algunas personas podrían tener reservas respecto al consumo de queso debido a su contenido de grasas saturadas y colesterol, es importante recordar que este alimento, cuando se consume con moderación y como parte de una dieta equilibrada, puede ofrecer numerosos beneficios: una dieta balanceada es clave para una vida larga y saludable, y el queso, con sus múltiples nutrientes, tiene un papel importante en este contexto.
¿Por qué el queso Jarlsberg es ideal para los huesos?
El queso Jarlsberg, originario de Noruega, ha sido objeto de estudios recientes que destacan sus propiedades únicas para la salud ósea. Según una investigación publicada en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health, el consumo regular de este queso puede ayudar a aumentar los niveles de osteocalcina, una hormona estrechamente vinculada a la fortaleza de los huesos y los dientes.
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Durante un estudio clínico de seis semanas, los investigadores descubrieron que una porción diaria de 57 gramos de Jarlsberg tiene un impacto positivo en tres áreas clave: en primer lugar, ayuda a prevenir el adelgazamiento de los huesos, una condición comúnmente asociada con enfermedades como la osteopenia y la osteoporosis. En segundo lugar, se observó que el consumo de este queso no solo no aumenta el colesterol dañino de baja densidad, sino que incluso puede ayudar a reducirlo, al tiempo que disminuye la hemoglobina glicosilada, un marcador de control del azúcar en sangre. Finalmente, el queso Jarlsberg mejora la absorción de calcio y magnesio, minerales esenciales para la formación y regeneración ósea.
El Jarlsberg y su impacto en la salud ósea
El impacto positivo del queso Jarlsberg en la salud ósea va más allá de lo que se ve a simple vista. El estudio reveló que consumirlo diariamente aumenta significativamente los niveles de vitamina K2 y los biomarcadores óseos, ambos esenciales para la formación, regeneración y mantenimiento de los huesos. Además, la reducción de los niveles de calcio y magnesio en sangre sugiere una mejor absorción de estos minerales por el cuerpo, lo que refuerza aún más los procesos químicos necesarios para la salud ósea.