Por muchos años la salud estuvo al cuidado de la denominada medicina alternativa abarca dietas especiales, dosis muy altas de vitaminas, preparados con hierbas, raíces, árboles y plantas, tés especiales y terapia con imanes, de acuerdo al Departamento de Salud y Servicios Humanos (Estados Unidos).
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud la describe como un amplio grupo de prácticas sanitarias que no forman parte de la tradición de un propio país, o no están integradas en su sistema sanitario prevaleciente. Ahora, más allá del trabajo de la ciencia, algunas prácticas se mantienen como una tradición para la prevención de enfermedades y el fortalecimiento de la salud.
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Beneficios del olmo
En esta oportunidad, pondremos de relieve un popular árbol que es considerado como un remedio natural ya que posee propiedades muy beneficiosas. Se trata del olmo, oriundo del centro de Europa, y que posee un efecto medicinal que trata el dolor de garganta; la tos y la amigdalitis
El dolor de garganta se produce por lo general por una infección viral, como un resfrío o la gripe, y que se resuelve por sí solo, señala el Instituto Mayo Clinic. Por su parte, la Clínica Universidad de Navarra (España) explica que la amigdalitis suele estar causada por virus en alrededor del 60% de las ocasiones y por bacterias en el 40% restante. En torno a estos padecimientos, es que aparece el olmo como un árbol altamente recomendado.
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El olmo es un árbol del cual se utiliza su corteza interior como medicina ya que contiene sustancias químicas que contribuyen a tratar el dolor de garganta, el estreñimiento, las úlceras de estómago, los trastornos de la piel y muchas otras afecciones, según un informe de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
Este árbol ofrece además propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antiespasmódicas, astringentes, cicatrizantes y antisépticas. Se consume principalmente en forma de infusión aunque también suele masticarse su corteza interior. Sin embargo, la Biblioteca Nacional de Medicina advierte que no existe una buena evidencia científica que respalde estos usos.