El magnesio, un mineral vital para la salud cardiovascular, cumple funciones esenciales en el organismo, participando en más de 300 reacciones bioquímicas según MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Su importancia se extiende al fortalecimiento de músculos y huesos, soporte al sistema nervioso e inmunológico, regulación de los latidos cardíacos, así como en la gestión de los niveles de glucosa en sangre y en la producción de energía y proteínas.
Estudios de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) destacan que el magnesio, al ser consumido como suplemento, puede reducir la presión arterial, un factor de riesgo clave para enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
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Además, se ha observado que el magnesio influye en la reducción del riesgo de diabetes tipo 2, mejorando el procesamiento del azúcar y disminuyendo la probabilidad de resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes. Aunque los resultados son alentadores, se necesita más investigación para entender completamente su papel en el tratamiento y prevención de la diabetes.
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El magnesio no sólo beneficia al corazón, sino que es crucial en el combate contra la osteoporosis, ya que contribuye significativamente a mantener huesos saludables, aumentando la densidad ósea y reduciendo el riesgo de fracturas. Es especialmente beneficioso para mujeres en etapa de menopausia, ya que se sugiere que un incremento en la ingesta de magnesio puede mejorar la densidad mineral ósea.
Por otra parte, investigaciones indican que bajos niveles de magnesio pueden estar vinculados con las migrañas. Sin embargo, es importante que cualquier suplementación de magnesio para tratar migrañas se realice bajo supervisión médica.