En un mundo acelerado donde el tiempo parece nunca alcanzar, encontrar una actividad física eficiente y accesible puede marcar la diferencia. El salto con cuerda, conocido como skipping, es una práctica milenaria que ha demostrado ser altamente efectiva para fortalecer el corazón, los huesos y los músculos, todo en cuestión de minutos.
El skipping no solo es un ejercicio cardiovascular, sino también una herramienta para mejorar la coordinación, agilidad y resistencia muscular. Este ejercicio activa múltiples grupos musculares al mismo tiempo, aumentando el gasto calórico y fortaleciendo el sistema cardiovascular. Además, el impacto repetido durante los saltos estimula la densidad ósea, especialmente en las caderas y piernas, ayudando a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
El skipping es el clásico repiqueteo que se hace para entrar en calor. Tiene versatilidad ya que se puede realizar con o sin elementos y con diferentes intensidades, velocidades y alturas que generan resultados diferentes según lo que se esté buscando”, explico a la prensa el médico pediatra, deportólogo y director de la Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica de la Universidad Favaloro, Santiago Kweitel (M.N. 93789).
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Saltar la cuerda acelera el ritmo cardíaco de manera similar a correr, mejorando la capacidad del corazón para bombear sangre. Estudios han demostrado que este ejercicio es tan efectivo como correr durante 30 minutos, pero requiere menos tiempo y espacio. Además, favorece la circulación sanguínea y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, convirtiéndolo en una opción práctica para quienes buscan cuidar su corazón.
El impacto controlado del skipping fortalece los huesos de las piernas y los pies, manteniendo su densidad mineral y previniendo la pérdida ósea. Aunque no genera un crecimiento muscular comparable al levantamiento de pesas, sí fortalece los gemelos, muslos y otros músculos de las piernas, mejorando la resistencia muscular con el tiempo.
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Este ejercicio también tiene beneficios cognitivos al exigir un alto nivel de coordinación entre manos, pies y saltos. La sincronización mejora la agilidad física y la plasticidad cerebral, contribuyendo a un mejor equilibrio y reduciendo el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.
Iniciar con el skipping es sencillo y no requiere de equipos costosos ni mucho espacio. Se recomienda empezar con intervalos de 30 segundos, aumentando progresivamente hasta llegar a cinco minutos al día. Este breve compromiso puede transformar tu salud física y mental, haciendo del salto con cuerda un aliado perfecto para el bienestar integral.
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