El colágeno, una proteína vital para la salud de la piel, los huesos, ligamentos, tendones y cartílagos, disminuye su producción con la edad, llevando a problemas como arrugas, flacidez de piel, y dolores articulares. Sin embargo, una solución económica y eficaz para este problema puede encontrarse en las patas de pollo, un alimento que aporta significativas cantidades de colágeno.
De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), el pollo es una excelente fuente de proteínas, ácidos grasos y vitaminas, que contribuyen a la salud general del organismo. Las patas de pollo, en particular, son ricas en colágeno, siendo un remedio natural para mejorar la salud de la piel y aliviar dolores articulares. La recomendación es consumir tres o cuatro piezas para obtener aproximadamente 17 gramos de colágeno.
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Para aprovechar el colágeno de las patas de pollo, se puede preparar un caldo, asegurándose de limpiar bien las piezas. Esta infusión no solo es beneficiosa para la piel y las articulaciones, sino también para el sistema nervioso y la reducción de dolores de cabeza. No por nada el caldo de pollo ha sido uno de los alimentos más recomendados durante siglos a la hora de enfermarse.
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Además del colágeno obtenido de fuentes alimentarias, los suplementos como el colágeno hidrolizado también pueden ser útiles si estás buscando beneficiar tu piel. Este tipo de colágeno, obtenido principalmente de hueso y cartílago bovino, es efectivo para fortalecer las articulaciones, uñas y cabello. Se recomienda su consumo a partir de los 30 años o antes en casos de desgaste de la piel por exposición solar o tabaquismo.
Teniendo en cuenta todos estos beneficios propios del pollo, vale aclarar que aunque la ingesta de colágeno puede prevenir enfermedades cardíacas, dosis altas pueden tener efectos secundarios. Además, otros alimentos ricos en proteínas, vitamina C, zinc y cobre pueden ayudar a mantener niveles adecuados de colágeno en el organismo.
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