Texto: Raúl J. Fontecilla
Hoy 5 de junio el gobierno de la CDMX plantará en Reforma el ahuehuete traído desde el estado de Nuevo León, luego del resultado de la consulta ciudadana que lo eligió en reemplazo de la Palma de Río Rhin y Niza retirada el pasado mes de abril.
Si bien el ahuehuete es un árbol conocido para la población capitalina, como el hoy llamado “Árbol de la Noche Victoriosa”, ubicado en las inmediaciones de la estación de metro Popotla , una anécdota que quedó para la historia y de la que pocos hablan es la ocasión cuando se intentó venderlo como atracción para un museo europeo.
El 5 de junio de 1930 EL UNIVERSAL publicó una nota en que se dio a conocer una curiosidad que ocurrió en el siglo XIX, pero que hasta la fecha no deja de sorprender.
Para grandes y chicos, visitar el ahuehuete de Popotla ha sido una experiencia común al transitar las calles del norte de la Ciudad de México. 1980. Archivo EL UNIVERSAL.
El abogado e historiador José Lorenzo Cossío, experto en el desarrollo agrario de México, fue quien compartió la peculiar anécdota con este diario.
“El ruinoso árbol de la preciosa especie que los antiguos llamaban con el nombre de ‘ahuehuetl’ […] estuvo a punto de ser transportado fuera del país […] para ir a despertar la curiosidad a un museo de la nebulosa Londres”, se leía en este diario.
El 5 de junio de 1930 EL UNIVERSAL publicó una nota de carácter histórico sobre la ocasión en que las autoridades municipales de Tacuba efectuaron la venta del Árbol de la Noche Triste a un francés llamado Pablo Leauteaud. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
El suceso se registró el 24 de mayo de 1870, cuando el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó que el árbol había sido objeto de una venta por parte de las autoridades municipales de Tacuba a un ciudadano francés llamado Pablo Leauteaud.
Según la información del DOF, Leauteaud habría pasado meses afanado en las gestiones de la compra tras la cual se “empacaría” el ahuehuete a Veracruz para finalmente embarcarse camino a Inglaterra.
Así lucía Popotla en la época en que EL UNIVERSAL llevó al público el peculiar episodio de este monumento natural. ESPECIAL.
La intención era instalar el árbol en algún museo para que sus visitantes conocieran su valor, no sólo por representar la ya entonces escasa especie también llamada c iprés chaude , sino también por formar parte de la leyenda del llanto de Cortés.
Al parecer, autoridades federales iniciaron pronto las gestiones necesarias para evitar cualquier daño al árbol y para declarar nula la venta efectuada.
En la larga vida de los ahuehuetes, el tiempo entre el momento de esta imagen (1843) y la venta del "Sabino de Popotla" (1870) es una diferencia mínima, pues usualmente viven desde cientos hasta miles de años. Detroit Publishing Co.