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El maní es un alimento que, aunque comúnmente se confunde con un fruto seco, en realidad pertenece a la familia de las leguminosas. Esta confusión se debe a su uso y apariencia similar a otros frutos secos como las almendras o las nueces, pero a nivel botánico, el maní está más relacionado con legumbres como los porotos y las lentejas. Este "fruto seco" ofrece una combinación única de nutrientes que lo convierte en una opción muy saludable, especialmente por su alto contenido en grasas saludables y proteínas.
Uno de los principales beneficios del maní es su contenido en proteínas. Según el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), el maní aporta alrededor de 25,8 gramos de proteína por cada 100 gramos, superando a alimentos como el huevo en la misma cantidad. Este alto valor proteico lo convierte en una excelente opción para quienes buscan aumentar o mantener su masa muscular, especialmente en dietas vegetarianas o veganas. Además, las proteínas del maní ayudan a regular el peso, ya que aumentan la sensación de saciedad.
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Otro punto a favor del maní es su riqueza en grasas saludables. A pesar de que muchos temen a las grasas, las que se encuentran en el maní son principalmente insaturadas, conocidas por sus beneficios cardiovasculares. Consumir maní regularmente puede ayudar a reducir el colesterol LDL (el "malo") y aumentar el colesterol HDL (el "bueno"), favoreciendo así la salud del corazón. Estudios han demostrado que quienes consumen maní y otros frutos secos tienen un riesgo reducido de sufrir enfermedades cardíacas.
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Además, el maní es una fuente rica en antioxidantes, como el resveratrol, un compuesto que también se encuentra en las uvas y el vino tinto. El resveratrol tiene propiedades antiinflamatorias y antienvejecimiento, lo que lo convierte en un aliado para mantener la salud de las células y combatir el estrés oxidativo. Este antioxidante, junto con las grasas saludables del maní, puede incluso ayudar a aliviar dolores articulares causados por la inflamación, un problema común en personas mayores.
Incorporar el maní en la dieta diaria es fácil y versátil. Puede consumirse como un snack entre comidas, añadirse a ensaladas, usarse en salsas o incluso disfrutarse en forma de mantequilla de maní. Debido a su disponibilidad y precio accesible, es una opción conveniente para obtener una variedad de nutrientes esenciales. Los expertos recomiendan una porción diaria de 30 gramos, lo que equivale a unos 15 maníes, para obtener sus beneficios sin excederse en calorías.
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