La ofrenda de Día de Muertos es una tradición milenaria de México que combina elementos sagrados y simbólicos para honrar a los difuntos.
Cada elemento tiene un significado profundo y especial, reflejando la cultura.
Los elementos, estructura, e incluso, significado varían dependiendo la zona de México, por lo que esta tradición se puede acoplar a cada creencia, región o posibilidades de cada persona.
Las fotos de los difuntos son de las cosas primordiales del altar, se colocan para recordar a quienes esperamos y seguimos honrando en vida.
El agua es el primer elemento esencial, simbolizando la pureza del alma y la sed del difunto después de su largo viaje.
El agua, que puede ser bendecida, se ofrece para que las ánimas puedan mitigar su sed y fortalecer su regreso.
En las ofrendas deben existir los cuatro elementos primordiales: agua, fuego, aire y tierra.
La sal es el elemento de purificación, evitando la corrupción del cuerpo en su viaje de ida y vuelta.
Representa la protección y la conservación de la esencia del difunto.
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Las veladoras y velas significan la luz, la fe y la esperanza y representa el elemento de fuego.
Guían a las ánimas en su camino de regreso a sus hogares y representan la conexión entre los vivos y los muertos.
Usualmente cada vela, representa un alma que va a visitar la ofrenda.
El copal y el incienso son elementos sagrados para la alabanza.
Limpian el lugar de los malos espíritus, permitiendo que el alma entre en su casa sin peligro.
Las flores, especialmente la cempasúchil, simbolizan la festividad y la vida.
Adornan y aromatizan el lugar, guiando a las ánimas con su color y estela aromática.
En muchos lugares, al hacer un camino con los pétalos, se guía el alma del difunto para que no se pierda en el camino.
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Desde mole, tamales, fruta, pan, e incluso, tacos, hacen que quienes visitan la ofrenda recuerden los sabores que disfrutaron durante su vida.
Además, aporta color y esencia a la misma ofrenda.
La comida, representa el elemento de la tierra, de donde son extraídos.
El papel picado representa el aire, uno de los cuatro elementos principales, al hacer que se muevan las hojas coloridas.
Otros elementos que pueden incluirse son el pan de muerto, el chocolate en agua o leche, las calaveras de azúcar y algún objeto significativo a quienes se les coloca el altar.
La ofrenda de Día de Muertos es un acto sagrado y profano, una mezcla cultural que refleja la rica herencia de México.
Cada elemento es una muestra de gratitud para los difuntos, un recordatorio de la conexión entre los vivos y los muertos.
aov/sal