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Uno de los problemas de salud más frecuente en el mundo es el dolor de espalda, una dolencia que tendemos a pensar que debemos aceptar y no podemos huir de ella. Esto es así porque los motivos que pueden llevar a que esta parte del cuerpo produzca molestias son muy variados.
Un estudio publicado en The Lancet Rheumatology, revela que en 2050, 850 millones de personas sufrirán dolor lumbar, un aumento del 36% desde 2020, en base al análisis de datos de las últimas tres décadas (1990 a 2020) de 204 países.
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El envejecimiento y el crecimiento poblacional son los impulsores clave de este aumento, según señaló el equipo de investigadores que realizó el análisis sistemático del Estudio de Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo 2021.
Sin embargo, el 40% de la discapacidad asociada al dolor lumbar es prevenible, vinculándose a factores modificables como ocupación, tabaquismo y obesidad. También deberíamos mencionar otros, como el sedentarismo, dormir mal, permanecer sentado durante mucho tiempo, todos ellos estrechamente relacionados con cosas que uno puede manejar y otras que no.
La genética no la podemos manejar, por eso, es importante los buenos hábitos para prevenir el dolor y su recurrencia, tal y como ocurre con otras afecciones crónicas, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Edad de riesgo del dolor lumbar
Una idea errónea es creer que el dolor lumbar afecta principalmente a adultos en edad laboral. La investigación publicada en The Lancet Rheumatology confirmó que el dolor es más común entre las personas mayores, con una tasa máxima observada aproximadamente a los 85 años. La prevalencia es también más alta en mujeres que en hombres.
Sufrir dolor lumbar compromete severamente las perspectivas de un envejecimiento saludable, ya que introduce a la persona que lo sufre en una especie de círculo vicioso.
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A raíz de esto, las personas con dolor de espalda también se tienen que medir a la hora de hacer ejercicio y actividades físicas, algo que repercute significativamente en su bienestar físico y mental, llevándolos a desarrollar otras afecciones potencialmente mortales, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
A pesar de la creciente carga global del dolor lumbar, persisten prácticas médicas ineficaces, como el uso excesivo de imágenes y tratamientos cuestionables. Expertos enfatizan la importancia de abordar factores de riesgo modificables, adoptar prácticas de diagnóstico eficaces y favorecer la reincorporación temprana al trabajo para mitigar esta creciente carga de salud.
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