Quienes han elegido a un perro como mascota sabrán que se trata de animales muy fieles, incondicionales y amorosos. Prácticamente estarán sumando a un nuevo integrante de la familia y dando inicio a una convivencia que tiene sus reglas implícitas y que romperlas puede significar el enojo de un lado o del otro.
Perro enojado. Fuente: Pixabay
Desde el National Institutes of Health señalan que las mascotas no sólo tienen como tarea la de acompañarnos, sino que su presencia en nuestra vida puede significar mucho más. Los especialistas afirman que los perros ayudan mucho a quienes sufren de estrés y mejorar muchos aspectos de la salud de los humanos por el simple hecho de interactuar con ellos.
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En esa convivencia de la que hablamos, entre humanos y mascotas debe quedar bien en claro que, a diferencia de los gatos, los perros no son muy independientes y necesitan de sus dueños en muchas circunstancias. Es aquí donde aparecen algunas situaciones que pueden incomodar a nuestros amigos de cuatro patas y ponerlos tensos.
Perro enojado. Fuente: Pixabay
Al respecto, los veterinarios coinciden en que nunca debemos olvidar que los perros son animales y como tales mantienen sus instintos naturales. Por lo tanto, se trata de mascotas que pueden reaccionar de manera agresiva o esquiva si hay algo que les molesta u odian en la convivencia con los humanos. A continuación te damos un listado de aquellas cosas que a los perritos no les gustan de sus amos.
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- No mantener sus rutinas: los perros aman las rutinas, sus horarios de paseo y comida, el tiempo que duran sus actividades. Si no se cumplen estarán molestos y ansiosos.
- Cambios de normas: sucede cuando dejamos que nuestra mascota duerma en nuestra cama pero luego se lo impedimos por mucho tiempo. El perro se acostumbra y aparece un apego. Si eso se modifica, tendrá una “ansiedad por separación”, según explica el experto Matías Wullich.
- Ruidos fuertes: los perros tienen oídos muy sensibles por lo que los ruidos fuertes los hacen sufrir y no necesariamente tiene que ser el ruido de los fuegos artificiales.
- Olvidar sus comidas: estas mascotas se acostumbran con facilidad al alimento, la misma cantidad y al mismo horario. Cualquier alteración de esto influirá en su estado de ánimo.
- Dejarlos solos mucho tiempo: si nos ausentamos del hogar por varias horas o por el fin de semana, nos estarán extrañando porque adoran a sus amos, les gusta el contacto cariñoso y son muy amigables.
- Tirar de sus bigotes o moverle el hocico: son actitudes que aunque parecen graciosas a ellos no les gusta. En ese momento entran en un estado de tensión y alerta que los puede hacer reaccionar de forma agresiva.
- Mal humor: cuando tenemos un mal día o discutimos con alguien más, será detectado por nuestra mascota por lo que acumularán tensión y se sentirán mal.
- Gestos sorpresivos: si los asustamos o aparecemos de golpe, lejos de sorprenderlos los pone tensos y ansiosos. A veces reaccionan agresivamente por instinto.
- Vestirlos y bañarlos a diario: los perros odian que los bañen seguido porque su olfato es un poderoso sensor. Necesitan olerse y oler a los demás perros. Lo mismo sucede con la ropa, su naturaleza es otra.
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