Un reciente estudio científico ha demostrado que existe una relación significativa entre la sudoración excesiva, conocida como hiperhidrosis primaria y la piel sensible.
Este hallazgo, liderado por investigadores de la Universidad George Washington y Virginia Tech, desafía la idea de que la sudoración y la sensibilidad cutánea son problemas independientes.
Utilizando modelos de aprendizaje automático, los expertos analizaron los datos de más de 600 personas que sufren hiperhidrosis, encontrando una conexión directa entre ambas afecciones. La hiperhidrosis primaria es una condición en la que las personas sudan hasta cuatro veces más de lo necesario para regular la temperatura corporal, incluso en ausencia de calor o ejercicio. Las zonas más afectadas suelen ser las manos, los pies, la cara y las axilas, lo que genera gran incomodidad y afecta la calidad de vida de quienes la padecen. Por otro lado, las personas con piel sensible suelen experimentar picazón, ardor y tirantez al exponerse al sudor, productos cosméticos o situaciones de estrés.
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El estudio reveló que quienes padecen hiperhidrosis son más propensos a tener piel sensible que el resto de la población. Lo más interesante es que esta sensibilidad no se limita a las áreas que sudan en exceso, lo que sugiere que el sudor no es la causa principal de la sensibilidad cutánea. "Alguien con hiperhidrosis es más propenso a tener piel sensible en áreas donde no hay sudoración excesiva", explicó Adam Friedman, dermatólogo y coautor del estudio. Los investigadores plantean que señales nerviosas anormales podrían estar involucradas, ampliando el entendimiento de ambas afecciones.
El estudio también encontró que cuanto más severa es la hiperhidrosis, mayor es la sensibilidad de la piel y muchos de los afectados reportaron dificultades al usar productos para piel sensible. Según Friedman, este nuevo conocimiento podría mejorar el enfoque que los dermatólogos adoptan con sus pacientes, permitiéndoles identificar y tratar mejor ambos problemas.
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Publicado en la revista Journal of Drugs and Dermatology, este estudio sienta las bases para el desarrollo de nuevas terapias que aborden tanto la sudoración excesiva como la piel sensible, mejorando significativamente la calidad de vida de quienes las padecen.