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El caldo de huesos ha resurgido como una tendencia culinaria y nutricional, combinando tradición y beneficios para la salud. Este sencillo platillo, elaborado a partir de huesos de res, pollo, cerdo o pescado, cocidos a fuego lento con vegetales y especias, libera una concentración de nutrientes que lo convierten en un alimento ideal para el cuerpo y, especialmente, para el cerebro.
Beneficios para el sistema nervioso y cerebral
El caldo de huesos contiene nutrientes esenciales como glicina, colágeno y grasas saludables, que favorecen la función cerebral. La glicina, un aminoácido presente en este caldo, actúa como un neurotransmisor que calma la ansiedad, mejora la calidad del sueño y protege el sistema nervioso central, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Además, compuestos como la condroitina promueven la regeneración neuronal y la plasticidad cerebral, factores clave para el aprendizaje y la memoria.
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La médula ósea, presente en los huesos utilizados, aporta grasas de alta calidad que nutren el cerebro y ayudan a mantener un sistema nervioso saludable. Estos componentes lo convierten en un alimento valioso para la salud mental y cognitiva, especialmente en personas mayores o con alto estrés.
Fuente de colágeno para el cuerpo
El caldo de huesos es una fuente natural de colágeno, un elemento esencial para la elasticidad de la piel, la salud de las articulaciones y la fortaleza de los tejidos conectivos. Durante la cocción prolongada, el colágeno se transforma en gelatina, ofreciendo al cuerpo los aminoácidos necesarios para su producción. Este beneficio no solo impacta la salud física, sino también la capacidad del cuerpo para recuperarse del desgaste diario.
Impacto en la salud intestinal
El caldo de huesos es conocido por su capacidad para mejorar la salud digestiva. Contiene glutamina, un aminoácido esencial para mantener la integridad de la barrera intestinal y prevenir afecciones como la permeabilidad intestinal, que pueden derivar en problemas inflamatorios y autoinmunes. Al cuidar el intestino, el caldo contribuye indirectamente al equilibrio emocional, ya que este órgano está relacionado con la producción de neurotransmisores.
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Cómo preparar un caldo de huesos nutritivo
Preparar este caldo es sencillo. Solo necesitas huesos, agua, vegetales como zanahorias y apio, y especias al gusto. Cocina a fuego lento durante al menos ocho horas para extraer todos los nutrientes. Si utilizas huesos de res, asegúrate de incluir huesos con médula para maximizar sus beneficios. El resultado será un caldo rico y versátil, ideal como base para sopas o consumido solo.
Un alimento multifuncional
Además de potenciar la función cerebral, el caldo de huesos apoya la salud ósea, mejora la elasticidad de la piel, fortalece el sistema inmunológico y alivia molestias articulares. También es útil en dietas para bajar de peso, ya que su alto contenido de proteínas genera saciedad sin sumar calorías excesivas.
Una tradición con respaldo científico
El caldo de huesos, más que un simple platillo tradicional, es un superalimento que combina sabor y beneficios para la salud. Incorporarlo en tu dieta regular no solo es una forma de conectar con recetas ancestrales, sino también de dar a tu cuerpo y cerebro el apoyo que necesitan para funcionar de manera óptima.
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