Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, fue la mente prodigiosa que le dio vida al personaje Mafalda, aquella niña que apareció por primera vez en 1964 y que jamás abandonó los corazones de quienes la conocieron. La historieta que llevaba su nombre no pierde vigencia y es un espejo sarcástico de nuestra sociedad.
Mafalda nació como una ilustración pensada para un comercial que nunca salió a la luz y así fue como aterrizó en la vida de los argentinos como una representación del pensamiento progresista de la juventud. Este personaje siempre se mostró a favor de la paz en el mundo y preocupado por cómo marchaba la humanidad.
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Quino logró con Mafalda revelarse contra el sistema y reflexionar sobre temas puntuales, pero siempre con una pizca de sarcasmo y humor. La tira fue publicada hasta 1973, aunque el cariño que la niña despertó en toda Latinoamérica le permitió seguir siendo uno de los personajes que hasta el día de hoy goza de gran prestigio.
La pequeña Mafalda fue protagonista de la tira junto a su incondicional y particular grupo de amigos, pero también tenía una familia. El personaje de Quino tenía un hermanito llamado Guille y convivía además con sus padres llamados Raquel y Alberto, conformando juntos una familia de clase media.
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Los padres que Quino ideó para su personaje Mafalda eran un matrimonio joven. Su mamá era ama de casa que comenzó sus estudios universitarios pero los dejó para casarse con Alberto. Su padre era un empleado de oficina de una empresa de seguros y preocupado siempre por los gastos del hogar. Estos personajes no tenían características muy fuertes, pero sí las suficientes para darle a Mafalda el lugar que supo ganarse y los valores que cualquier padre quisiera inculcarles a sus pequeños.