Todos hemos experimentado momentos en los que, a pesar de saber que ciertas actividades nos traerían alegría, preferimos aislarnos. Tal vez cancelamos planes sociales o evitamos experiencias que normalmente disfrutaríamos, solo para terminar sintiéndonos peor. Entonces, ¿cómo podemos encontrar la motivación para participar en actividades que nos hagan felices, especialmente cuando estamos deprimidos, estresados o cansados?
Los psicólogos afirman que la motivación para buscar la felicidad es como un músculo que podemos desarrollar. Esta capacidad de disfrutar y valorar las experiencias positivas, conocida como sensibilidad a la recompensa, puede ser fortalecida con práctica, incluso en personas que padecen de anhedonia, una condición que dificulta la sensación de placer. Desarrollar esta sensibilidad es crucial para superar la inercia emocional que a menudo acompaña a la depresión y la ansiedad.
Según Alicia Meuret, profesora de psicología en la Universidad Metodista del Sur, la atención en el tratamiento de la salud mental a menudo se centra en eliminar los síntomas negativos. Sin embargo, también es fundamental fomentar y aumentar las emociones positivas. Un estudio reciente dirigido por la Dra. Meuret reveló que las personas con depresión o ansiedad que participaron en 15 semanas de terapia enfocada en potenciar las emociones positivas experimentaron mayores mejoras en su bienestar en comparación con quienes recibieron terapia para reducir emociones negativas.
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Un método efectivo para aumentar la sensibilidad a la recompensa es realizar un sencillo ejercicio diario: planificar una actividad que genere felicidad o una sensación de logro. Este puede ser un pequeño gesto, como disfrutar de un tentempié favorito, leer unas páginas de un libro o hablar con un amigo. Después de la actividad, se recomienda cerrar los ojos y revivir el momento, enfocándose en los detalles sensoriales y emocionales para amplificar el placer experimentado. Este proceso, conocido como "saborear" en psicología, ayuda a reforzar los recuerdos positivos y aumenta la motivación para buscar experiencias similares en el futuro.
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Además de saborear los momentos positivos, hay otras prácticas que pueden ayudar a cultivar una mentalidad más positiva:
Es normal sentirse incómodo al experimentar emociones positivas, especialmente si se lucha con ansiedad o depresión. Sin embargo, permitirnos disfrutar de momentos de alegría puede ser un paso esencial para mejorar nuestro bienestar. El psicólogo Lucas LaFreniere sugiere que a veces necesitamos actuar como personas felices para poder llegar a serlo realmente. Al enfocarnos en las experiencias positivas y permitirnos sentir placer, incluso en medio del dolor, podemos encontrar un equilibrio emocional que nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida con mayor resiliencia.