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El periodismo se vistió de luto, Cristina Pacheco falleció a los 82 años dejando como legado las entrevistas en las que dio voz a personas de a pie, quienes contaban sus historias frente a cámara para revelar la vida más allá de los reflectores y escenarios en Ciudad de México.
Tal es el caso de la entrevista que realizó en 1996 al pequeño José Alberto, de 9 años quien reflejó el rostro del trabajo infantil en la Ciudad de México, así como la de un pequeño que superado por la madurez se olvidó de los juegos y la escuela para trabajar “estacionando” coches en el Zócalo de Ciudad de México.
Tras confirmarse la muerte de la periodista Cristina Pacheco este 21 de diciembre, la entrevista que está disponible en la cuenta de YouTube de Canal Once, no tardó en viralizarse en redes sociales. Ésta lleva por nombre “El también habla de la Rosa” y acumula más de 2.5 millones de visualizaciones.
En el video se observa que un grupo de personas se acercó hasta el punto donde Cristina Pacheco con micrófono en mano, no paró de preguntarle al pequeño José Alberto sobre su vida y su cotidianeidad.
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La también escritora había anunciado su salida del programa “Aquí nos tocó vivir” el pasado 1 de diciembre de este año, rodeada de su equipo en Canal Once. Allí comentó que se retiraba por graves problemas de salud, sin ofrecer mayores detalles.
Así fue la entrevista viral de Cristina Pacheco a niño de 9 años que trabajó en las calles
La entrevista que data de 1996 se realizó al pie de la Torre Latinoamericana, en la Ciudad de México. José Alberto vestía una playera tipo polo en color beige, y no dudó en responder las preguntas de la periodista ante la mirada curiosa de una decena de espectadores.
El niño contó que era originario de San Martín Texmelucan, Puebla, y que trabajaba “estacionando” coches en el Zócalo capitalino, aunque más adelante reveló que otra persona los estacionaba y él los limpiaba. Laabor por el ganaba 60 o 70 pesos al día.
Compartió que al día llegaba a estacionar hasta 200 carros, pero su sueño era poder comprar algún día un Grand Marquis.
También reveló que le gustaban las matemáticas, pero no asistía a la escuela. Lo de él era trabajar y para ello rentaba una habitación en Isabel La Católica por 126 pesos a la semana, donde contaba incluso con baño.
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Sus papás y sus hermanos vivían en Puebla, de hecho, su padre se dedicaba al cultivo de las rosas, herencia que el pequeño soñaba dejarle a sus hijos -si es que llegaba a tenerlos algún día- aunque se dijo muy niño para pensar siquiera en tener novia.
José Alberto dijo a Cristina Pacheco que le gustaría comprar una casa en la Ciudad de México, quizá en Eje Central o en Paseo de la Reforma o Chapultepec.
Pese a que dejó la escuela, el pequeño admitió que sabía escribir por lo que al final de la entrevista cuando Cristina Pacheco le dijo que, si haría una carta a sus papás, dijo que sí: “diciéndoles que los quiero mucho, que los he extrañado, que cómo están mis hermanos, los adoro mucho. Que muy pronto volveré con dinero”.
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