Nuestra alimentación debe de ser bien variada y, preferentemente, con productos de origen natural para poder nutrir adecuadamente al organismo, reforzar el sistema inmunológico y proteger así a nuestra salud. Muchos de estos alimentos podríamos sembrarlos en nuestra propia casa por lo que no es imposible imaginar tener plantas que nos suministren lo que comemos.
A lo largo del día la mayor parte de nuestra alimentación debería estar compuesta por frutas, verduras, legumbres, cereales, lácteos y algunas carnes, señala el Ministerio de Salud de Argentina. Además, aconseja reducir el uso de sal y el consumo de alimentos ultraprocesados.
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¿Cómo hacer una planta de maní?
En este marco, uno de los alimentos más pequeños pero con grandes propiedades es el maní, conocido también como cacahuate. Se trata de una oleaginosa originaria de América del Sur y que fue descubierto por los españoles, permitiendo así extender su cultivo y consumo por todo el mundo, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
El maní es muy recomendado para incluir en nuestra alimentación debido a que es rico en proteína vegetal, grasa insaturada, fibra, fósforo y magnesio, niacina y vitamina E, de acuerdo a un informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (España).
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En México el maní forma parte importante de la alimentación de la población. Además de tener grandes nutrientes para nuestra salud es ideal para acompañar diversos aperitivos, y saber que a partir de un solo grano podemos tener una planta propia que nos suministre este alimento, resulta por demás interesante.
Para cultivar el maní necesitas de un grano, sin tostar, y de un poco de tierra preparada para siembra. Lo ideal es hacerlo en la primavera, en un lugar seco y donde la planta reciba luz solar. Con solo introducir el grano en una maceta con la tierra preparada, y regada con abundante agua, en solo dos semanas lograrás que esta germine.
Mientras la planta va creciendo, el riego debe espaciarse y, antes de cosechar, suspenderse. En unos cuatro meses, la planta comenzará a secarse y sus hojas se volverán amarillas. Eso indica que debajo de la tierra está el maní para cosechar.
Ahora, debes arrancar la planta con mucho cuidado y dejarla unos dos días para que se seque al sol. Tras ese tiempo, podrás cosechar el maní y consumirlo.