En un mundo acelerado, cada vez más personas buscan conexión y tranquilidad, y muchas encuentran esta armonía en la compañía de las plantas. La relación entre las personas y las plantas va más allá de lo estético, revelando beneficios tanto para el bienestar físico como para el equilibrio emocional.
Sin embargo, por mucho amor y cuidado que se les dé a las plantas, no es de extrañar que alguna de ellas, termine por estar infectada por alguna enfermedad concreta. Estos seres vivos suelen mandar auténticas señales, por eso, es clave percibir lo que hacemos mal para corregir la forma en que las cuidamos y salvarles la vida.
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Es momento de estar alerta cuando a una de tus plantas comienza a caérsele las hojas sin motivo aparente, especialmente cuando es un ejemplar joven. Ante esto y sin un motivo concreto de porque pueden caerse las hojas a una planta, se recomienda cambiarlas de lugar, vigilando la exposición al sol y su riego.
El exceso de riego a veces puede ser perjudicial para las plantas, por eso, verifica que haya húmeda a unos 7cm de profundidad y controla si las raíces están de color claro, eso quiere decir que tu planta aún puede salvarse. Si están negras, lo más seguro es que hayan empezado a pudrirse. En ese caso deberás recortarla y aplicar un fungicida adecuado, traspasándola a otra maceta.
Que las hojas se comiencen a poner amarillas, se debe a un riego inadecuado o falta de nutrientes. La solución más certera para ello es ajustar el riego según las necesidades de la planta y aplicar un fertilizante siguiendo las indicaciones del fabricante.
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Las causas probables de este suceso es la baja humedad ambiental o el exceso de sol. Por eso, aumentar la humedad ambiental rociando agua o cambiando la ubicación de la planta para protegerla de la luz solar directa es una gran solución.
Unos tallos blandos indican que la planta lleva un tiempo sufriendo las consecuencias de la podredumbre. Debido a esto, vigila la salud de las raíces constantemente y trasplanta si es necesario.
Que las hojas estén cubiertas por una capa blanquecina quiere decir que tu planta fue atacada por hongos como el oídio. Ante esto, utiliza un fungicida específico para el tipo de planta afectada.
Los ataques de insectos masticadores, producen que tus hojas estén repletas de agujeros. Por lo que identificar la plaga y utilizar insecticidas ecológicos como el jabón potásico podrían ayudarte a mejorarlas.
Si ves que las raíces de una de tus plantas asoman por los agujeros de drenaje de la maceta es que necesita ser trasplantada a una maceta más grande para permitir el crecimiento adecuado de las raíces.
Estar atento a estos síntomas y abordarlos a tiempo ayudará a que tus plantas prosperen y añadan belleza a tu entorno. ¡Disfruta de un hogar lleno de vida verde y saludable!
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