El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de una persona para prestar atención, controlar sus impulsos y mantener un comportamiento organizado. Si bien, este trastorno según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no tiene cura, se puede controlar eficazmente y algunos síntomas pueden mejorar.
El TDAH puede afectar a personas de todas las edades, pero suele diagnosticarse en la infancia. Los expertos de Mayo Clinic indican que los síntomas tempranos de esta afección comienzan antes de los 12 años de edad y en algunos niños, se notan a partir de los 3 años.
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Esta condición trae consigo síntomas que impactan todas las esferas de la vida: personal, familiar, social y laboral. Así mismo, es más recurrente en los hombres que en las mujeres, resaltando que los comportamientos pueden variar en cada sexo.
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Si bien se diagnostica en la niñez, muchos adultos pueden experimentar síntomas TDAH a medida que envejecen, cómo:
Reconocer que el TDAH no es simplemente una serie de comportamientos disruptivos, sino un trastorno con profundas ramificaciones en todas las áreas de la vida puede abrir puertas a una mayor comprensión y apoyo, en un mundo que avanza a distintos ritmos para todos.
Cada síntoma presenta sus desafíos únicos, pero también ofrece una oportunidad para que las personas con TDAH y sus seres queridos trabajen juntos hacia un entendimiento y adaptación mutuos. Consultar al médico es la clave ante cualquier mínima duda o incertidumbre.
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