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A medida que pasan los años nuestra piel comienza a dar señales de envejecimiento y la necesidad de cuidarla se multiplica. Esto se debe a la pérdida de colágeno, la proteína encargada de darle elasticidad y firmeza a los tejidos. Se trata de algo normal pero que puede controlarse mucho y de muchas maneras.
Desde Mayo Clinic señalan que el buen cuidado de la piel, como la protección solar y la limpieza suave, puede mantenerla sana y radiante. A ello se puede sumar que elijamos un estilo de vida saludable, lo que puede ayudar a retrasar el envejecimiento natural y prevenir diversos problemas de la piel.
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Una planta para estimular la producción de colágeno
Ayudar a que el cuerpo produzca más colágeno puede hacerse de forma natural, consumiendo alimentos como frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Beber mucha agua colabora a que podamos mantener la piel hidratada y protegerla de los rayos UV del sol también resulta necesario.
En esa tarea de incrementar el colágeno de forma natural existe una planta que perfecta: la moringa. Se trata de una especie originaria de la India y fácil de cultivar. Posee grandes beneficios para nuestro organismo, ya que aporta vitaminas C, A y algunas del complejo B que se encargan de estimular la producción de colágeno, hidratar la piel y acelerar los procesos de cicatrización.
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La moringa es una alternativa que mucha gente utiliza con este fin y, aunque no existe científicamente una dosis determinada, algunos estudios revelan que pueden consumirse hasta 400 mg por día. Ingerir esta planta para incrementar la producción de colágeno se puede hacer de diversas maneras:
- Infusión: Hierve una taza de agua y agrega una cucharada (10gr) de hojas de moringa. Puedes beber 2 tazas por día.
- Semillas: Debe dejarse secar y luego consumir 2 o 3 por día como si fuese una pastilla, con un vaso de agua.
- Cápsulas: siempre consultando a su médico, esta opción puede implementar junto con las comidas.
- Polvo: se puede agregarse en yogur, sopa o jugo. Se recomienda de 1 a 3 gramos por día.
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