El Omega-3 es un ácido graso que se puede obtener de forma natural, a través del consumo de ciertos alimentos, o a través de suplementos que puedes conseguir en diversos puntos de venta.
Lo cierto es que, a la hora de consumir esta sustancia. surgen muchas dudas: qué son, cuál es su función y, sobre todo, cómo elegir el producto más adecuado, ya que hay diversas marcas, precios, composiciones y concentraciones que no sabemos cuál es el que más nos va a interesar o va a ser el mejor.
De acuerdo con la farmacéutica Meritxell Martí, alma mater de Farmacia Meritxell en Andorra: “Los Omega son los denominamos ácidos grasos esenciales o AGEs. Son grasas poliinsaturadas que desempeñan funciones muy importantes que repercuten en la salud y la vitalidad de nuestro organismo”.
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Estas grasas forman parte fundamental de los nutrientes de nuestro cuerpo y de nuestra dieta. A estos ácidos grasos hay que diferenciarlos entre los saturados (principalmente de origen animal como la carne o los lácteos), los insaturados y entre ellos monoinsaturados (ácido oleico) y los poliinsaturados, que son principalmente el ácido linoleico y el ácido alfa linolénico.
Meritxell Martí también elabora algunos puntos a tener en cuenta a la hora de adquirir Omega-3. Estos consejos son los siguientes:
-Confianza del punto de venta y del profesional que nos atiende: teniendo en cuenta la gran variedad de productos que nos encontramos en el mercado. es importante fiarnos de la confianza de nuestro farmacéutico amigo.
-Fuente marina de extracción: dependiendo del pez que se extrae, será diferente la calidad. Hay que tener esto en cuenta, pues evidentemente no es lo mismo el aceite de pescado de sardinas que el de salmón salvaje.
-Forma química de Omega: “El aceite de pescado según la manera de extracción, lo podemos encontrar en forma triglicéridos, o etil-ester. La forma triglicérida es mucho más biodisponible, por lo que se absorberá mucho mejor y no producirá radicales libres en el organismo. Este tipo de forma final la determina la forma de extracción de los aceites y el uso de disolventes”, asegura esta farmacéutica.
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-Sabor: “Algunos productos tienen un sabor muy fuerte a pescado lo que, aunque no afectara a la calidad del producto ni a su absorción, no es agradable, sobre todo algunas veces cuando se tienen digestiones algo más pesadas. Algunas marcas incluyen sabor como limón u otros cítricos para ocultar algo el sabor del pescado, lo que evita que tengamos gusto a pescado durante todo el día”, expresa la experta.
-Frescura del producto: si se compra un Omega 3 de un aceite que ha estado conservado durante tiempo en una cuba de acero, no es lo mismo que comprar uno que se ha elaborado en el mismo sitio de extracción.
-Pureza: “Creo que este es uno de los principales motivos por el que nos deberíamos inclinar por una marca u otra. Estos productos son aceite de pescado de origen natural y conocemos la contaminación de estos pescados en metales pesados o trazas de otros contaminantes. Por eso es importante que tengan calidad de pureza farmacéutica, en la que han estado analizados y certificados, por laboratorios independientes”, sugiere Meritxell Martí.
-Concentración de Omega 3: en caso de que el producto sea muy económico, pero poco concentrado, para lograr la cantidad eficaz deberemos tomar mucho más, lo que al final ya no saldrá tan barato.