Los ácidos grasos omega-3 provienen de la dieta que realizamos, así como también de los diversos alimentos que consumimos, ya que podemos encontrarlos principalmente en algunas exquisitas fuentes como lo son los pescados, los mariscos y algunos suplementos de venta libre.
Recordemos que la deficiencia de estos ácidos grasos pueden llegar a producir algunos riesgos cardiovasculares y también con problemas relacionados con el deterioro mental o de depresión.
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Lo cierto es que para saber cuáles son los niveles de omega-3 en nuestra sangre, una persona debe someterse a invasivos análisis de sangre. Pero todo esto está cambiando prontamente, ya que se ha develado un novedoso método con el cual podemos controlar estos ácidos grasos, lo que facilita la recopilación acerca de temas relacionados con la salud cardiovascular y cognitiva.
De acuerdo con el trabajo de algunos investigadores de la Universidad McMaster (Hamilton, ON, Canadá) existe un biomarcador para el índice Omega-3 (O3I) que simplifica el estudio del papel de la nutrición de ácidos grasos omega-3 para la salud pública en general. Gracias a este método se evitará la extracción de cantidades significativas de sangre y procedimientos de laboratorio complejos.
Hay que decir que esta nueva técnica podría permitir la detección regular, ayudando tanto a los médicos como a los pacientes a determinar el nivel adecuado de suplementación. Por lo general, un O3I inferior al 4 % significa un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, mientras que un O3I superior al 8 % sugiere un riesgo menor. Resulta importantísimo mencionar que el O3I se puede modificar mediante cambios en la dieta. En el estudio, a las personas se les administraron entre 3 y 5 gramos de suplementos de aceite de pescado, EPA o DHA diariamente.
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Por otra parte, el equipo de investigación realizó un perfil lipídico para identificar biomarcadores O3I específicos entre los cientos de lípidos que se pueden encontrar en la sangre. Además, los investigadores también se encuentran trabajando en identificar un biomarcador sustituto del O3I mediante un análisis de orina, algo que eliminaría por completo la necesidad de extraer la sangre.
El autor principal de este método es Philip Britz-McKibbin, profesor y biólogo de McMaster, quien aseguró: "Nuestra prueba puede ser parte de un análisis de sangre de rutina sin ningún requisito especial. Al medir directamente solo dos biomarcadores específicos en una muestra de sangre, podemos evaluar rápidamente el índice Omega-3 sin protocolos de análisis de muestras costosos y lentos antes del análisis".