Cada vez son más las personas que realizan ejercicios físicos con el fin de cuidar de su salud. Algunos han aprendido a amar la actividad que han elegido para mantenerse en movimiento y es por eso que se han vuelto deportistas con todas las letras o, al menos, han incorporado este hábito a sus vida de forma diaria.
El Instituto Mayo Clinic explica que resulta difícil ignorar los beneficios que ofrece a nuestra salud la realización de ejercicio y actividad física de manera regular. Además de ayudarnos a controlar el peso, es importante para combatir afecciones y enfermedades, mejorar el estado de ánimo, aumentar la energía, lograr un mejor descanso y ser un momento placentero, de diversión e interacción social.
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Para quienes realizan ejercicio regularmente y buscan mejorar su nivel, evaluar el estado físico es algo fundamental. Esto permite saber si la rutina de ejercicio que llevamos a cabo está funcionando para los objetivos que nos hemos propuestos o si resulta necesario realizar alguna reestructuración.
El entrenador Matt Fitzgerald afirma que cada tres o seis meses es recomendable llevar a cabo una evaluación de nuestro estado físico con el fin de saber si lo que estamos haciendo a diario funciona o no. Así es como las personas podrían corregir el rumbo de su actividad, incluir metas intermedias o simplemente sostener el trabajo que vienen realizando.
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Para saber cuál es nuestro estado físico existen 3 ejercicios clave. El primero de ellos es colgarse en una barra y sirve para medir la fuerza de agarre que está asociada a la protección de nuestra salud ante enfermedades de tipo respiratorio y cardíaco. Desde la Universidad de Memphis explican que, en un barra de dominadas, debemos cronometrar cuánto tiempo podemos mantenernos colgados siendo más de 60 segundos un nivel avanzado en hombres y más de 40 segundos el nivel avanzado en mujeres.
El segundo ejercicio recomendado es Transporte del Granjero que se realiza caminando mientras cargamos kettlebells o mancuernas. Según el experto Mathias Sorensen, lo ideal es poder cargar el 70% de nuestro peso corporal por, al menos, un minuto y medio.
Finalmente, el conocido Test de Cooper ayuda a medir la capacidad aeróbica que tenemos ya que una fórmula matemática, que toma la distancia recorrida (caminando o corriendo) en un periodo de 12 minutos, ofrece la cantidad máxima de oxígeno que nuestro organismo puede absorber, transportar y consumir en ese tiempo.
En todos los casos, se puede mejorar nuestro nivel con algunos pequeños reajustes y, para ello, siempre es aconsejable el asesoramiento con algún profesional de la actividad física y la salud.
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