El 30 de agosto se reportó la detención de los operadores y la propietaria del bar “El Perro Salado” por parte de agentes de inteligencia de la policía capitalina.
La detención se produjo tras descubrir que estos individuos utilizaban una segunda propiedad para organizar eventos con la participación de menores de edad. Este hallazgo se realizó después de que el establecimiento original, situado en la colonia Tránsito, fuera clausurado el pasado 15 de junio en un operativo.
El nuevo local, que funcionaba de manera clandestina, se ubicaba en la calle Hierro, en la colonia Valle Gómez, dentro de la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.
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Durante la investigación, se identificó el inmueble como un sitio en el que se llevaban a cabo fiestas y eventos para jóvenes. Según las indagaciones, en el lugar se ofrecían tanto narcóticos como bebidas alcohólicas a los asistentes, en su mayoría menores de edad.
Aunque el local afirmaba en sus redes sociales que solo se permitía el acceso a personas con identificación oficial, las autoridades descubrieron que, en realidad, se vendía alcohol a menores y se organizaban eventos masivos como tardeadas.
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Ante estos hallazgos, el Ministerio Público de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) solicitó a un Juez de Control la orden de cateo para intervenir en el establecimiento. Durante este operativo, además de evidencias de las actividades ilícitas mencionadas, la policía capitalina encontró un altar de protección utilizado en prácticas de santería.
El bar "El Perro Salado", conocido también como Dog Bar, se destacaba en la zona centro de la Ciudad de México por su ambiente singular. Este establecimiento era frecuentado por un público diverso que encontraba en él un espacio para bailar, fumar, consumir bebidas alcohólicas y drogas mientras se disfrutaba de la música proporcionada por los DJs.
Las tardeadas y eventos organizados en este bar eran ampliamente promocionados a través de redes sociales, donde se anunciaban tanto las ofertas especiales en bebidas como la programación de los DJs que se presentarían. Según los contenidos compartidos por los usuarios en dichas plataformas, el reggaetón era el género predominante en la música del lugar, creando un ambiente característico para los asistentes.
El perfil demográfico de los clientes del bar estaba compuesto en su mayoría por estudiantes, quienes encontraban en "El Perro Salado" un punto de encuentro para socializar y divertirse.
- Con información de Kevin Ruiz
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