El salitre en las paredes es un problema común en muchos hogares, especialmente en aquellos ubicados en zonas húmedas o costeras. Este fenómeno, que se manifiesta como una capa blanca y cristalina en la superficie de las paredes, puede afectar tanto la estética de los espacios como la integridad de las estructuras.
Quitar el salitre de las paredes es algo así como bajar la fiebre. Es necesario hacerlo porque realmente molesta, pero también es importante saber qué lo originó. Por eso, a continuación, junto al arquitecto experto Marcelo Seia, exploramos las causas, los efectos y las soluciones para este molesto problema.
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El salitre, también conocido como eflorescencia, es el resultado de la acumulación de sales solubles en el agua que migran a través de los poros del material de construcción, como ladrillos, mortero o concreto. Algunos lo confunden con hongos o moho, pero en realidad no son sustancias orgánicas.
Las manchas de salitre son un problema estético que afea las paredes del ambiente, y los riesgos de desentenderse de su aparición pueden llevar al agravamiento del problema. Por ejemplo, la acumulación continua de salitre provoca desprendimientos de pinturas, disgregación en los revoques y hasta roturas de ladrillos. Las principales causas del salitre en las paredes incluyen:
Afortunadamente, existen varias medidas que se pueden tomar para prevenir y eliminar el salitre de las paredes:
Las manchas de salitre en pisos son un claro síntoma de humedad que viene del suelo. Para prevenir esto, una técnica efectiva es disponer de un film de polietileno de 200 micrones de espesor bajo el contrapiso de hormigón. Esto aísla la base y el futuro piso de la acción de la humedad ascendente.
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De este modo, el salitre en las paredes es un problema común pero manejable si se toman las medidas adecuadas. La prevención, mediante la impermeabilización y el control de la humedad, junto con una intervención temprana, puede garantizar que nuestras paredes se mantengan fuertes y estéticamente agradables.