El sarpullido se caracteriza principalmente por el cambio de aspecto de la piel que se vuelve de tonos rojizos. En ocasiones, aparecen pequeños habones, ampollas y suele ir acompañado de un picor persistente e incluso puede llegar a doler. Suele manifestarse en áreas determinadas y si bien la mayoría de las erupciones desaparecen rápidamente, algunas pueden ser de larga duración y necesitan ser atendidas durante largos períodos de tiempo.
La piel está compuesta de células especiales del sistema inmunitario, que protegen a la piel y al cuerpo contra virus, bacterias y otras amenazas. Cuando estas células detectan una sustancia sospechosa, comienzan una reacción en cadena que lleva a una inflamación. El nombre científico de esta reacción es dermatitis, pero es conocida popularmente como sarpullido.
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La erupción aparece cuando la piel hace contacto con un alérgeno, una sustancia generalmente inofensiva que el sistema inmunológico ataca. Los alérgenos desencadenan reacciones alérgicas y pueden ser provenientes de ciertos jabones, cremas, plantas o animales. Estas son algunas de sus causas:
1- Urticaria: Es una erupción con ronchas rojas que causan picazón, su duración puede ser aguda o crónica.
2- Eccema atópico: Placas rojas y escamosas, especialmente en codos y rodillas, con comezón intensa.
3- Eccema de contacto: Son similar al eccema atópico, pero desencadenado por contacto con sustancias específicas.
4- Psoriasis: Placas rojas y escamosas que causan picazón y dolor, a menudo en cuero cabelludo, codos y rodillas. “Es una afección de difícil tratamiento que tiene sus altibajos; la gente la padece de por vida”, dijo Paul Cohen, dermatólogo del Centro Dermatológico Rosedale, en Toronto.
5- Rosácea: Enrojecimiento, sensibilidad y granos, qué afecta principalmente mejillas y nariz.
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6- Herpes Zóster: Es una erupción dolorosa con ampollas siguiendo una línea nerviosa, resultado de la reactivación del virus de la varicela.
En este contexto, la clave reside en la comprensión temprana y en la atención adecuada, ya que cada afección tiene su historia única y su camino hacia el alivio. Si experimentas síntomas persistentes, la consulta con un dermatólogo puede ser fundamental para esclarecer el misterio detrás de tu afección cutánea.