Con sobrado orgullo, el experimentado y reconocido periodista, le agradece a la vida que, en su etapa inicial de estudiante, cometiera involuntarios errores al elegir una equívoca carrera, de Economía a Comunicación, pero de ello, aprendió con creces la lección y prontamente abrigó una “carrera autodidacta”.

Terminaba sus clases en la universidad, se iba a su casa y se ponía a leer de la página uno hasta la última del periódico Uno más Uno… ¡pero todas las secciones!! Así como dos o tres libros simultáneamente, hasta estudiaba cosas que no tenían nada que ver con lo que le pedían en las aulas... “¡Fue un año de autodidacta!! Iba a la escuela, estudiaba y más o menos la sacaba sin ningún problema, reitero, hice una carrera de autodidacta que, al día de hoy, no termino de agradecerle a la vida. La vida ha sido muy benigna conmigo”, revela, en esta segunda parte de la entrevista exclusiva con .

Contando con estudios de posgrado en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante, en repetidas ocasiones, de la lista anual de los 300 Líderes Mexicanos. Acreedor y Jurado del Premio Nacional de Periodismo, aun así, se autodefina como un simple devoto del azahar y de la fortuna, al no dar crédito que, a sus 22 años de edad, se haya convertido en jefe de redacción del prestigiado grupo editorial Expansión. De igual manera, a tan solo un año de distancia, le llegó una oferta del Centro de Estudios Económicos de Banamex y lo designan como editor de la revista Examen de la Situación Económica de México”.

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Pero también, acepta que el infortunio ha tocado su vida, que no todo ha sido color de rosa por las intempestivas salidas de los canales de televisión TV Mexiquense, CNI Canal 40 y Milenio Televisión, en donde desempeñó una muy destacada actividad, dejando una huella imborrable. Al preguntarle ¿si el periodismo cansa?, de inmediato, basado en ese enorme bagaje dentro de los medios de comunicación, exclamó: “¡No!!, el trabajo periodístico jamás te cansa, porque es dinámico y apasionante, siempre y cuando lo realizas con pasión, entrega y lealtad”

Al inicio de la charla, lo noté un poco tenso, quizás, pensaba que la entrevista la íbamos a centrar en lo referente al atentado que sufrió en diciembre del 2022, pero se quedó sorprendido cuando opté incursionar por el aspecto humano, conocer más de su vida privada y aprender de su paso por los medios de comunicación.

-¿Qué maestros recuerdas como alumno de la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana?

-Mmm… Aparte de Sheridan, me tocaron dos maestros formidables que habían llegado a México con el exilio argentino, Jorge Vernetti y Memphu Jardiñely. Así como Javier Mier, quien nos daba Teoría del Periodismo. El profesor Miguel Mansur, en la materia de filosofía. Carmen Gómez Mont, que fue mi directora de tesis y me daba la materia de Periodismo Internacional. Asimismo, don Paco Prieto, con todo lo que tiene que ver con la comunicación… y muchos más, que no recuerdo con exactitud en este momento.

-¿Y el otro momento fundamental de tu formación, que me señalabas?

-Fue cuando me cambio a la carrera de Comunicación, digamos, me doy cuenta que estaba muy, pero muy atrás de mis compañeros, que sabían mucho más que yo…

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-Pero la comunicación te había atrapado…

-Claro que me gustaba y apasionaba lo que estaba estudiando, quizás, un poco por orgullo, o quizás, por esa necesidad de no quedarme rezagado. Inicio el segundo semestre de la carrera, lo que yo llamo mi “carrera autodidacta”. Terminaba las clases, me iba a mi casa y leía de la página uno hasta la última del periódico Uno más Uno, pero todas las secciones…

-¿Y si te pedían leer un libro en la universidad…?

-Me ponía a leer dos o tres libros simultáneamente y hasta estudiaba cosas que no tenían nada que ver con lo que nos pedían en las aulas... ¡Fue un año de autodidacta! Iba a la escuela, estudiaba y más o menos la sacaba sin ningún problema, pero sí, hice una carrera de autodidacta que, al día de hoy, no termino de agradecer a la vida, le metía y le metía a leer todo lo que podía.

-¿Te tocó tomar clases en la Ibero que se derrumbó con el terremoto?

-Creo que iba en el sexto semestre de la carrera en marzo de 1979. Recuerdo que tenía clases a las once de la mañana y el temblor que sacudió a la Ciudad de México, creo que fue como a las seis y media de la mañana.

-No te tocaba estar a las siete de la mañana ahí…

-No, afortunadamente no. No tenía clases a las siete de la mañana, porque en algunos semestres, sí tuve clases a las siete de la mañana. Luego, me tocó terminar la carrera en aquellos famosos “gallineros”, unas aulas pre construidas con techos de lámina. Así fue como concluí la Ibero, los dos o tres semestres que me faltaban.

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-Ciro, no cabe duda que naciste para triunfar, tu tesis recibió mención honorífica…

-Muchas gracias querido Edmundo. Mi tesis: “Guatemala, La Danza de los Liberadores”, fue un reportaje sobre la violencia política que se vivía en Guatemala, la hice junto con Rogelio Romero, mi gran amigo de la Ibero.

-Terminas la carrera, pero, ¿Cómo llegas a Expansión?

-… ¡Por mera suerte!, es por eso que soy un devoto del azahar y de la fortuna, pero también, hasta del infortunio, algunas veces. Antes de llegar a Grupo Expansión, déjame contarte que trabajaba en una pequeña revista, de esas de época, revistas médicas y me desempeñaba como asistente del editor, por cierto, fue como aprendí a redactar rápido y con cierta corrección. En eso estaba, cuando uno de mis profesores, Javier Mier, me dice que, a su esposa Dolores Carbonell, quien se desempeñaba como jefa de redacción de Expansión, Memphu Jardiñely, que también era mi maestro de la universidad, era el editor de Expansión, entonces, promovieron a “Lolis” Carbonell como editora y que estaba buscando a un jefe de redacción…

-¿No te la creías?

-Yo tenía 22 años de edad… ¿yo jefe de redacción? Total, me presenté, entonces Lolis Carbonell, quien también era muy joven, quizás, unos siete u ocho años mayor que yo…

-¿Pero qué te dijo cuando te entrevistas con ella?

-Me pidió que le mostrara algunas cosas de mi trabajo y me dice… ¡Órale, me la juego contigo!! No me la creía, a los 22 años me convertí en jefe de redacción de Expansión.

-¿Qué decían todos tus redactores?

-La mayoría, eran mujeres cuyas edades fluctuaban entre los 27, 28, 29 y 30 años.

-¿Te sentías “intimidado”?

-Me presentaba a trabajar… ¡muerto de miedo!!, pero ahí, aprendí muchísimo, era trabajar muy duro. Me dedicaba a reescribir artículos. Creo que la salida del trabajo era a las seis de la tarde, pero yo, me quedaba hasta las nueve de la noche reescribiendo artículos.

-¿Te fue bien?

-Sí, la verdad, es que me fue bien. Aunque sufrí mucho por el stress, la presión y la angustia.

-¿Te preocupaba que te pagaran bien?

-¡Por supuesto que me preocupaba!!, yo pertenecía a la clase media y pagaba todos los gastos de casa con lo que iba ganando en la chamba, además, terminé pagando mis colegiaturas de la Ibero.

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-¿Cuánto te pagaban?

-Me pagaban lo suficiente para poder irme a vivir fuera de la casa de mis padres, era uno de mis objetivos, poder independizarme… ¡y lo logré!!

-¿Y luego?

-Un año después, me llegó una oferta del Centro de Estudios Económicos de Banamex…

-¿Qué te ofrecían?

-Que si quería ser el editor de su revista “Examen de la Situación Económica de México”

-¿Estabas indeciso?

-Es que me preguntaba por dentro… ¿Cómo voy aceptar esto?, pero me pagaban el doble…

-No hay mal que por bien no venga…

-Con lágrimas en los ojos…

-¿Por qué…?

-Porque, yo, estaba en ese momento de la vida, saliendo de la casa de mis padres. Total, acepté y trabajé durante un año. Por cierto, ahí fue donde me tocó la nacionalización de la banca. Me fui de Banamex, si no mal recuerdo, en septiembre o en octubre de 1982, para irme al proyecto del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense.

-¿Cómo estuvo esa “expedición” a Toluca, para integrarte al Sistema Mexiquense porque, fuiste su fundador, y luego Emilio Chuayffet, prácticamente te corrió?

-No, no y no. Es que no fue así. Las historias nunca son así, en que uno se esfuerza y luego, le dan una bofetada o una patada… ¡A ver!! Primero, el gobernador Alfredo del Mazo padre, traía ciertas ideas innovadoras. Una de ellas, era la construcción de su coordinación de comunicación…

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-¿Cómo fue que te conectaste con él?

-¡Para allá voy, mi querido Edmundo!! Yo no lo conocía, pero Alfredo del Mazo invita a su coordinación de comunicación a algunas personas que se relacionaban con conocidos míos. Invita por ejemplo a Alberto Ennis, que luego fue director de MVS, en fin. También invita como subcoordinador a un gran amigo mío, aunque era un poco mayor de edad que yo, Marcial Ortiz, quien, por cierto, ya murió hace ya algunos años, quien, a su vez, le pide a mi compañero de clase, mi hermano Toño Garfias, que si quería ser el director del proyecto de Radio Mexiquense… ¡Toño, mi gran cuate!!...

-¿Y aceptó tu amigo Toño Garfias?

-Por supuesto que Toño acepta. Marcial y Toño me decían… ¡Vente con nosotros, vente con nosotros!! Ciro, tú serás el subdirector de información y programación.

-¿Te rehusabas aceptar la propuesta de tus amigos?

-Ponía de pretexto que estaba en Expansión, además, era ir a Toluca y Metepec. Una y otra vez, me insistían… ¡Vente con nosotros!!, y que me convencen. Fue así que nos lanzamos, recuerdo que Toño y yo, así como otra persona más, con una hojita de la SCT, en donde se leía: “Aquí se tiene que instalar la torre de la estación en Metepec”, pero un Metepec de 1982 que era completamente rural y nada que ver con el Metepec de hoy en día. Así fue como empezamos y diseñamos la estación.

-Yo mismo fui a recoger el primer transmisor a Miami, luego a Texas, y de Texas, me vine en un tráiler con el transmisor de la estación de radio para Toluca, pero, además, yo fui quien diseñó el proyecto, así como la parte editorial, vamos, todo.

-¿Algo así como niño con juguete nuevo?

-Estábamos muy emocionados porque era nuestro proyecto. Poco tiempo después, a Toño Garfias lo nombraron con otro cargo en comunicación social del gobernador y me suben como director general de la estación.

-¿Qué edad tenías?

-Recuerdo que estaba muy chavo, creo que como 25 años o menos. No recuerdo muy bien si un año o dos después, cuando se crea la televisora. Ahí sí, para que veas, ya trajeron un equipo de ingenieros y todo, pero me invitaron a que fuera el subdirector de noticias. Luego, estando ahí mismo, me pidieron que me encargara de la conducción del noticiero de televisión.

-Zapatero a tus zapatos…

Ciro Gómez Leyva narra "momento de tensión editorial" con Emilio Chuayffet

-Ya traía una idea de cómo hacer la televisión, pero esa idea chocaba con algunas posiciones de la época. Emilio Chuayffet era el secretario de Educación en el Estado de México, por lo tanto, era el jefe de sector del área de comunicación y del Sistema Mexiquense de Radio y Televisión, además, así estaba estructurado. Además, acuérdate que, ellos, pensaban que, en 1988, Alfredo del Mazo iba a ser el candidato presidencial, todos ya lo veían en funciones. Te estoy hablando de 1985 y 1986.

-¿Cuándo dejas el Sistema Mexiquense de Radio y Televisión?

-Me voy en mayo de 1987…

-¿Y qué pasó…?

-Lo que me ha pasado a lo largo de toda mi carrera, se dan momentos de tensión editorial por las notas que manejaba y presentaba “al aire”

-¿Esa fue la coyuntura que aprovecharon para tu salida?

-En uno de esos momentos de tensión editorial, ya no encontramos el acuerdo, además, yo, ya tenía ganas de regresarme a la Ciudad de México.

-¿A lo Mero Macho, hubo fricciones?

-Y sí, con tensión y cierta hostilidad con Emilio Chuayffet, que, por cierto, me mandó llamar un día antes que yo renunciara.

-¿Pero qué te dijo?

-Muy enérgico, Emilio Chuayffet, una de las mentes inteligentes de Alfredo del Mazo, me dijo: “Ciro, sólo le digo una cosa, le pido como secretario de Educación y como su amigo que soy, que no renuncie. Es todo lo que tengo que decirle. Usted es bienvenido aquí”

-¿Y cuál fue tu respuesta?

-Solamente le dije, muchas gracias señor secretario, pero al día siguiente renuncié. Eso que se maneja que me corrió no es verdad. Simplemente, vivimos un momento de tensión editorial que ya no resolvimos. Como te decía, ya me sentía cansado, llevaba cinco años de ir y venir de la Ciudad de México a Toluca, además, tenía muchas ganas de hacer otras cosas. Te repito, eso de que me “censuraron” y me corrieron, es completamente falso

-¿Cómo viene lo de CNI Canal 40?

-Lo de CNI Canal 40, fue en 1995, creo que ocho años después. Déjame contarte. Regreso de la experiencia mexiquense, estaba cerca de cumplir los 30 años de edad y no tenía ni un centavo en la bolsa, aunque me pagaban bien en mexiquense, era para pagar mi renta y sacar mis gastos…

-¿Ya pensabas en casarte?

-Antes de responder, bebe un poco de agua, estira los brazos y hace un ligero movimiento para relajar los músculos de la espalda… “En ese entonces, mi pareja era una… ¡Es lo único que te voy a contar de mi vida privada!!, te decía, era una argentina muy joven que había llegado a México con el exilio y se regresó a Argentina, entonces, yo viajaba a Argentina y hasta estuve viviendo durante algunas temporadas en Buenos Aires, pero bueno… Entre los años 87 y 88, necesitaba dinero, entonces, con mi amigo Marcial Ortiz y Débora Halls, una editora que hoy sigue, fundamos una pequeña empresa para hacer revistas institucionales. Revistas que nos contrataban, las hacíamos nosotros y formábamos pequeños equipos…

-¿Recuerdas algunas de esas firmas que los contrataban?

-Hacíamos revistas para Diconsa, Tres Estrellas de Oro, entre otras más, para sacar algo de “lana” y al mismo tiempo, atendiendo una cordial invitación de Andrés Ruiz, comencé a publicar en la sección de cultura de El UNIVERSAL. De igual manera, con el equipo de Paco Ignacio Taibo para México en la Cultura de la revista Siempre. Ahí fue cuando empecé a publicar crónicas, que era lo que me mantenía vital en términos de periodismo, porque el otro trabajo, era para sacar dinero y nos iba más o menos bien.

-¿Qué era más o menos bien?

-Sacaba para mis gastos. En esa misma época, fue cuando me casé, a finales de 1988 y vivía razonablemente bien.

-¿Para qué más te alcanzaba?

-Para ahorrar un poquito, hasta que, en 1990, los periodistas jóvenes de aquel entonces, son convocados a un proyecto de un empresario que no conocíamos que se llamaba Javier Moreno Valle. Inicialmente, iba a sacar un periódico que se iba a llamar El Independiente y cuyo director iba a ser Fernando Benítez, quien, a su vez, invita como director editorial a un argentino de nombre Miguel Bonasso, a quien medio conocía por mis amigos del exilio argentino. A través de Miguel, le pedí a los editores mexicanos que me invitaran.

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-¿Quiénes eran esos editores mexicanos?

-Raymundo Riva Palacio, Enrique Quintana, René Delgado, Juan Villoro, entre otros. Así es como pude conocer de golpe a Ramón Márquez en deportes…

-¿A lo Mero Macho, eran más grandes de edad que tú?

-No, la verdad es que no, quizás, me llevaban tan solo 4 o 5 años, pero ellos ya había hecho algo de carrera en La Jornada, en Uno más Uno, y Raymundo Riva Palacio acababa de dejar la dirección general de Notimex. Ahí es donde los conozco y hasta nos caemos bien.

-¿Cuál iba a ser tu función?

-Iba a ser el responsable de la sección Ciudad en el periódico El Independiente.

-¿Qué sentías estar junto a ellos que ya tenían un cierto prestigio?

-Como haber ido a las Ligas Mayores. Me sentía mucho muy entusiasmado, pero nos damos cuenta que Javier Moreno Valle no tenía dinero…¡y que se cancela el proyecto!!

-¡Zaz!!...

-Nos dan una liquidación y se acabó el sueño del Independiente, pero quedo ligado con todos ellos.

-¿Y qué sucedió después?

-Con Miguel Bonasso, Tito Bardini y la generosidad de don Luis Javier Solana, fundamos una pequeña agencia que se llamaba Periodistas Asociados Latinoamericanos -PAL-, en donde hacíamos corresponsalías para periódicos de Sudamérica, en fin.

-¿Y luego?

-Raymundo Riva Palacio me invita para que me sumara al periódico El Financiero de aquél entonces, en 1992 y como reportero. En ese momento, verdaderamente, te puedo decir que es cuando empieza mi carrera de periodista. Alejandro Ramos era nuestro jefe y fui muy feliz haciendo crónicas, reportajes y entrevistas. Pero de verdad, muy pero muy feliz y me fue muy bien.

-¿Cómo era ese trato que recibías como reportero?

-Me publicaban muy bien y destacaban mis trabajos porque mi jefe directo era Raymundo Riva Palacio, luego fue Oscar Hinojosa, te repito, fue un trabajo que disfruté muchísimo.

-¿Y cómo se dio tu cambio al naciente periódico REFORMA?

-¡Esa es una pregunta muy interesante! En 1993, surge un nuevo proyecto de un nuevo periódico en la Ciudad de México, REFORMA, que se lleva a la mayor parte de los periodistas y articulistas del Financiero. Todos mis cuates y colaboradores decidieron irse al REFORMA…

-¿Y tú…?

-Tenía la invitación del REFORMA para irme para allá, pero no me quería irme del Financiero, me preguntaba una y otra vez por dentro ¿Cómo le voy hacer esto al Financiero?, pero al final, Raymundo me dice que me fuera al REFORMA…

-¿A lo Mero Macho, te dolía dejar un periódico en donde te sentías muy feliz?

-Si, A lo Mero Macho es que sí, casi con lágrimas en los ojos, me voy al REFORMA. Sabía muy bien lo que era REFORMA y la fuerza que representaba. Total, llego como cuatro o cinco meses después de que ellos se habían ido para allá.

-¿Cómo te fue en el REFORMA?

-Creo que tuve una buena etapa porque me publicaban muy bien y recibía un buen trato. Pero estando en REFORMA, la gente de Javier Moreno Valle me busca para invitarme que hiciera un reportaje porque iban a lanzar un nuevo canal de televisión CNI CANAL 40, dentro de mi mente, me venía que, la última vez que había estado en la oficina de Moreno Valle fue cuando me liquidaron y se lo expresé tal cual, cuando estuve frente a él…

-¿Cómo logran convencerte de que te fueras a CNI Canal 40?

-Me invitan hacer un programa de tres horas sobre narcotráfico y el reportaje se llamó “Mitos, Mentiras y Leyendas del narcotráfico”, que, por cierto, nuestro asesor de ese programa, fue Alejandro Gertz, quien había sido jefe de la estrategia del combate contra las drogas en el gobierno mexicano, en tiempos de López Portillo.

-Una nueva faceta para ti, reportajes para televisión…

-Hicimos los programas, les gustaron mucho y me ofrecieron ser director editorial de CNI Canal 40. Además, tuve la oportunidad de conocer más de cerca a Javier Moreno Valle, porque con el proyecto de El Independiente, prácticamente, lo vi un par de veces y me había caído bien.

-¿Seguías dentro de REFORMA, y a la vez, en CNI Canal 40?

-En efecto, trabajando en Reforma, lo alternaba con CNI Canal 40, en donde permanecí durante diez años…

-Pero vaya, con un éxito rotundo…

-Pero también, con penurias tremendas, con unos pleitos tremendas y unas crisis tremendas

-¿Hay momentos en que el periodismo llega a cansar?

-No, no y no. Cansa, como cualquier otro trabajo, después de una racha, después de un momento y después de una crisis… ¿Pero que te canse como profesión?... ¡No!!, jamás te cansa, mucho menos en mi caso. Te llega a cansar si permaneces ocho y nueve semanas sin parar un solo instante, claro que te cansas.

-¿Pero cuando abordas temas candentes o conflictos sociales, que te mantienen con un elevado estrés?

-Déjame contarte que cuando se presentó el conflicto entre CNI Canal 40 y TV Azteca, llegó un momento en que… ¡A lo Mero Macho!!, utilizando tu ya famosa frase, me sentía agotado, pero el trabajo periodístico…, ¡jamás te cansa!!, porque es una actividad sumamente dinámica y mucho más, cuando la desarrollas con lealtad, entrega y pasión.

-¿Una lástima que haya desaparecido CNI Canal 40…?

-Pues sí… ¡pero desapareció!!

-¿Duele perder lo que te costó sudor y lágrimas construir?

-¡Claro que duele!! En el último programa que transmitimos, recuerdo que anunciamos que era altamente probable, que al día siguiente, estallara una huelga… ¡Y efectivamente, al día siguiente estalló la huelga!!, tristemente, se acabó CNI Canal 40 el 19 de mayo de 2005.

-Qué difícil resultaba aceptar, esas imágenes, cuando con metralletas en mano, los enviados de Ricardo Salinas Pliego tomaron a la fuerza las instalaciones en el Cerro del Chiquihuite…

-En efecto, eso sucedió dos o tres años antes… “La Batalla del Chiquihuite”, una durísima etapa. Tuvimos triunfos simbólicos, pero, a la larga, teníamos que perder… ¡y perdimos!

-No hay mal que por bien no venga, después, logras otro merecido éxito en Milenio Televisión…

-Otra vez, por una tensión editorial que ya no supimos resolver o que no quisimos resolver. Salgo de REFORMA, junto con Raymundo Riva Palacio, a principios de 1997…

-Se manejaba que habías tenido diferencias con Ramón Alberto Garza…

-Tuvimos ciertos problemas, mal resueltos, de tensión editorial, subrayó, mal resueltos. Era un momento de éxito brutal en REFORMA. Entonces, te puedes imaginar el nivel de las vanidades de todos…

-¿Atrapados en una hoguera de vanidades?

-Ja, ja, ja… te quedaste corto, no era una hoguera… ¡sino una auténtica pirotecnia de vanidades!! Por supuesto, nosotros también caímos en ese juego de vanidades. Se presentó una serie de crisis que no resolvimos bien y muy al estilo de esa época, tomamos nuestras cosas y nos salimos 4 o 5 periodistas…

-No siempre es tan malo perder…

-Al día siguiente que había salido del periódico Reforma, me habla Federico Arreola, a quien había conocido en Monterrey, haciendo unos reportajes sobre Luis Donaldo Colosio y hasta publiqué un libro sobre Colosio…

-¿Y para qué te había llamado Federico Arreola?

-Me dice: “Voy mañana a la Ciudad de México a contratarte porque vamos a sacar una revista” Total, al día siguiente comimos juntos, me decía que la revista que iba a sacar, quería que se llamara Milenio, y todavía me enfatiza que ya tenía al director, Francisco Martin Moreno, pero también, le urgía un periodista chingón para que fuera el director en jefe… ¡y quiero que seas tú!!...”

-¡Sopas!!, ¿Así de bote pronto?

-Federico, me hace una propuesta y una oferta…

-¿Pero qué condiciones le pusiste, por todo lo que te había sucedido?

-Le digo: “A ver, yo me comprometo y te hago el proyecto, trato de acercarte periodistas… Pero, ¿cuánto me pagas?, total, llegamos a un acuerdo y me dice ¡Órale!!

-Eres un verdadero Cid Campeador del periodismo…

-Me fijé un plazo de cuatro meses y hasta nos hicimos muy cuates. Sacamos la revista Milenio Semanal, establecimos sus oficinas en la calle de Tennyson. Milenio Diario, si no me equivoco, nace el primero de septiembre de 1997

-El mes de octubre, muy aparte de tu nacimiento, tiene un especial significado para ti…

-Ja, ja, ja, también mis salidas de los canales de televisión, han sido en el mes de octubre…

-¿…Cabalístico?

-Digamos que es más circunstancial que cabalístico

-Cuéntame el éxito logrado en Milenio Televisión…

-Te comento brevemente, sale la revista Milenio Semanal y nos va muy bien, de ahí, surge la idea de hacer un diario y Federico Arreola invita a Carlos Marín y Raymundo Riva Palacio para que se sumen al proyecto, de hecho, la invitación a Raymundo, se la formulamos los dos, Federico y yo, a finales de 1999. Federico quería que el diario naciera el primero de enero del 2000, acorde a la llegada del nuevo milenio. Le decíamos que estaba loco porque no se podía, ni teníamos las máquinas… Su respuesta era tajante… ¡Tiene que ser ese día!

-¿Cuál fue tu participación en el nacimiento del nuevo diario?

-Me ocupaba en el diseño y la construcción del diario, pero al mismo tiempo, todo estaba proyectado para que en noviembre de 1999, comenzara el noticiero de CNI Canal 40 y Javier Moreno Valle me había pedido que quedara como director editorial y responsable del proyecto.

-Hiciste un brillante trabajo como titular del noticiero estelar…

-Es que no me interesaba conducirlo, ni tampoco era parte de mi proyecto, de verdad, no me interesaba conducir, pero me convence Moreno Valle que debería hacerlo Finalmente, entre septiembre y octubre, me vi en la disyuntiva ¿Me iba al noticiero de CNI Canal 40 o me clavaba completamente en el proyecto de Milenio Diario?

-Complicado estar trabajando en dos medios de comunicación simultáneamente…

-¡En efecto!!, me dije: “no puedo”, era uno, o el otro. Ahí tomo una decisión de vida y opto por el noticiero de CNI Canal 40 y no termino de agradecerme esa decisión, aunque la de Milenio Diario era una formidable opción.

-Indiscutiblemente, CNI Canal 40 fue tu catapulta en la televisión…

-¡Exacto!!, es donde perfilo lo que van a ser los siguientes veinticinco años de mi carrera en CNI Canal 40 y me separo de la estructura directiva de Milenio, quedándome solamente como colaborador, luego, como columnista y regreso a Milenio, después de la huelga de Canal 40, cuando Carlos Marín me pide que lo apoyara.

-¿Cómo te trataba Carlos Marín, porque es de mecha corta y tiene un genio del demonio?

-Siempre, me dieron el título de director adjunto. Federico Arreola ya no estaba, ya se había peleado y se había ido.

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