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Tras fin de Escuelas de Tiempo Completo, el programa de desayunos sobrevive

Desde la Revolución, el esfuerzo por proporcionar desayunos a niñas y niños en etapa escolar lucha por mantenerse en pie, pese a hechos como la cancelación del PETC

En 2006 EL UNIVERSAL organizó una exposición fotográfica en Chapultepec que incluyó imágenes de los desayunos escolares en el país en décadas pasadas.
25/03/2022 |16:00
Redacción
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Texto: Raúl J. Fontecilla

Luego de la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo completo (PETC) recordamos el inicio de otro que afortunadamente sigue vigente en apoyo a las familias de bajos recursos: los alimentos en las primarias.

El hoy cancelado PETC arrancó en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), uno de sus puntos clave fue al apoyo a la alimentación sana de menores, pero no fue el primero.

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A principios del siglo XX, el gobierno de Francisco I. Madero (1911-1913) promovió la creación de comedores escolares que llevaban más lejos anteriores propuestas de repartir desayunos y vestimenta entre alumnos de escasos recursos de primarias de la capital.

Empezaba la década de 1920 cuando EL UNIVERSAL publicaba fotografías de esta labor social, aún vigente para entonces.

De acuerdo con las páginas de este diario, en la época de José Vasconcelos como primer secretario de Educación Pública (1921-1924), se tenía la creencia de que además de “educación que fortalezca el espíritu”, era necesario proporcionar también “pan que alimente el cuerpo” de los menores de escasos recursos.

Tras fin de Escuelas de Tiempo Completo, el programa de desayunos sobrevive

Imágenes tomadas por los fotógrafos de EL UNIVERSAL en julio de 1921, durante los desayunos escolares en escuelas de la capital. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

A lo largo de 1942 las páginas de este diario informaron en repetidas ocasiones de avances en los esfuerzos para proporcionar desayunos escolares en distintas entidades del país. Se insistía en que las familias no dejaran de enviar a sus hijos a la escuela, pues así era posible asegurar que el apoyo llegaba directo a los escolares.

Durante el gobierno del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), que en su juventud fue discípulo de José Vasconcelos, se promovió de nuevo la importancia de la alimentación para los alumnos de educación básica.

“La nutrición es un elemento decisivo en los destinos de toda especie animal”, se leía al inicio del artículo La Nutrición y la Educación , en las páginas de este diario en 1959.

En esas líneas se comparó la influencia, en los resultados académicos , de la mala alimentación de los estudiantes con la de factores como la calidad del personal docente y la cooperación de las cabezas de familia.

Esta política se reforzó en 1961 con la creación del Instituto Nacional de protección a la Infancia (INPI), presidido por la primera dama, Eva Sámano .

Tras fin de Escuelas de Tiempo Completo, el programa de desayunos sobrevive

Procurar una alimentación balanceada para estudiantes de educación básica fue prioridad del INPI, cuyo patronato presidió Eva Sámano, esposa de Adolfo López Mateos. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Esta iniciativa se mantiene vigente en las actividades del DIF . Hoy en día es posible visitar el sitio web del Programa Alimentos Escolares que beneficia, al menos en la capital, a más de 370 mil menores de educación preescolar, primaria y especial. Por su parte, el PETC beneficiaba a más de 3.6 millones de niñas y niños a nivel nacional.

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