Hace unos días se viralizó un video en el que se observa que un sujeto sale de una carnicería furioso, carga al perrito Scooby y lo arroja a un cazo de aceite hirviendo. Los hechos ocurrieron en el municipio de Tecámac, Estado de México.
El hombre que realizó dichos actos fue identificado como Sergio “N”, y ya fue vinculado a proceso por una jueza del Poder Judicial del Estado de México, del Distrito de Ecatepec.
Lo que llamó la atención, es que Sergio era policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México.
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En entrevista para EL UNIVERSAL, el criminólogo e investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), David Ramírez, explicó que este tipo de conductas son características en personas que tienen una especie de desensibilización hacia el sufrimiento.
“La desensibilización pudo desarrollarse en alguna etapa de la vida del sujeto por una serie de factores, por ejemplo, probablemente perdió la empatía al vivir o ser testigo de una serie de hechos violentos en su trabajo, o en su infancia”, comentó.
Por lo anterior, dijo, es probable que el sujeto haya cometido el mismo acto con una persona; pues por lo general, buscan a las víctimas más vulnerables.
“No queda exento el hecho de que Sergio “N” haya cometido el mismo acto hacia una persona, ya que el victimario busca a la persona más vulnerable. En este caso, Scooby era quien vio como alguien que no podía defenderse”.
Cuando se le cuestionó si Sergio “N” puede tener algún tipo de trastorno mental, Ramírez contestó que para saberlo es necesario que el sujeto se someta a un exámen clínico y biológico, además sería necesario conocer su expediente para poder determinar si lo que hizo fue consecuencia de una enfermedad mental.
“Para poder determinar si una persona tiene algún tipo de trastorno mental, es necesario realizarle varias pruebas, entre ellas, un examen clínico y biológico. También sería importante conocer el expediente para tener un panorama más amplio de su comportamiento”.
Es importante mencionar que, según la versión del carnicero, Sergio “N” entró a su negocio para comenzar a agredirlo, se encontraba en aparente estado de ebriedad o bajo los efectos de alguna sustancia ilícita; sin embargo, las conductas violentas no siempre derivan de estos factores.
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El especialista puntualizó que las personas que tienen arranques de ira pudieron sufrir un evento traumático que los marcó psicológicamente.
“Probablemente hubo algo que sucedió en su entorno social que, por desgracia, repercutió en un comportamiento violento”, dijo.
Por lo que es posible que el sujeto haya actuado de esa manera por la falta de sensibilización que pudo adquirir por eventos traumáticos o violentos que vivió en el pasado, ya sea en la niñez, en su trabajo, o en alguna otra situación.
Por último, recordó que de acuerdo al Código Penal del Estado de México, se establece una pena de seis a 12 años de prisión y de 50 a 150 días de multa a quien lesione dolosamente o cause la muerte a un animal.
ayef