Desde su incorporación a la lista de alimentos saludables de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los frutos secos como las nueces, almendras y castañas se han vuelto esenciales en las dietas de muchas personas. Sin embargo, hay un fruto seco que destaca por sus propiedades en la relajación del sistema nervioso y el bienestar muscular: los anacardos, también conocidos como cajú o marañón. Además de su sabor y versatilidad en la cocina, los anacardos aportan beneficios únicos que los convierten en un superalimento ideal para quienes buscan mantener una salud integral.
Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), los anacardos contienen menos grasa que otros frutos secos y, además, sus proporciones de ácidos grasos se consideran ideales para una dieta equilibrada. Este fruto es rico en minerales clave como el cobre, esencial para la producción de glóbulos rojos, y el magnesio, que desempeña un rol fundamental en el sistema nervioso y en la salud muscular. Estos nutrientes son de especial relevancia, ya que suelen estar en déficit en las dietas modernas, lo que hace de los anacardos un aliado valioso para cubrir dichas carencias.
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Los anacardos son ricos en fitoesteroles, tocoferoles y escualeno, compuestos que ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. Al disminuir estos lípidos, el consumo de anacardos ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, potenciando sus efectos cardioprotectores. Consumirlos como parte de una dieta balanceada puede tener un impacto positivo en la salud del corazón a largo plazo.
Uno de los componentes interesantes de los anacardos es el triptófano, un aminoácido que actúa como precursor de la serotonina, un neurotransmisor asociado con la sensación de bienestar y el control del ciclo de sueño. La serotonina ayuda a regular el “reloj interno” que rige el descanso y la vigilia, lo que convierte a los anacardos en una opción natural para mejorar la calidad del sueño y, a su vez, el estado de ánimo.
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Consumir anacardos puede contribuir a mejorar la sensibilidad a la insulina y a reducir los niveles de azúcar en la sangre, beneficios importantes para quienes buscan equilibrar su glucosa. Esta propiedad se debe a los diversos nutrientes que poseen y que trabajan en conjunto para favorecer el control metabólico, promoviendo así un efecto positivo en la regulación de la glucosa.
Además de su impacto en el sistema nervioso y muscular, los anacardos fortalecen el sistema inmunológico gracias a sus antioxidantes y vitaminas como la E y el ácido fólico, que también ayudan a mantener la piel en buen estado y a prevenir enfermedades neurodegenerativas. Al mismo tiempo, su riqueza en proteínas y fibra genera una mayor sensación de saciedad, lo que los convierte en un snack ideal para quienes buscan controlar su peso.