Con la llegada de diciembre se marca el inicio de la temporada para el avistamiento de ballenas en México. Varios ejemplares de estos majestuosos mamíferos marinos llegan a las costas del Pacífico mexicano, como es el caso de la ballena gris.
En consecuencia, las ballenas realizan una migración de hasta 18 mil km, que inicia en el mar de Chukchi y mar de Bering para reproducirse en las lagunas de la costa occidental de la península de Baja California, siendo su hábitat típico en esta temporada.
La razón por la que estas ballenas migran hacia las costas mexicanas es porque buscan aguas cálidas y poco profundas tanto para su reproducción como para amamantar a sus ballenatos recién nacidos y así pasar tiempo juntos antes de emigrar al norte, hacia las costas de Alaska.
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Debido a su recorrido constante, el turismo ha tomado ventaja de ello para crear atracciones con los avistamientos de las ballenas.
La temporada de avistamiento de ballenas 2024-2025 inició el pasado 15 de diciembre y terminará hasta mediados de abril, por lo que si tienes pensado asistir estos son los siguientes estados que ofrecen esta actividad:
Sin embargo, debido a que son especies protegidas todos los lugares que ofrezcan este avistamiento deben cumplir los lineamientos y especificaciones de la Norma Oficial Mexicana NOM-131-SEMARNAT-2010 publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 2022.
Los lineamientos y especificaciones toman en cuenta la época y zona de arribo a México y se determinan las áreas de observación de ballenas y las zonas restringidas, así como la duración de la temporada por área donde se realizarán actividades de aprovechamiento no extractivo para su observación.
De acuerdo con la BBC, la observación de ballenas, aunque popular, puede afectar negativamente su comportamiento natural, como alimentarse, descansar y cuidar a sus crías, o las embarcaciones podrían chocar con ellas poniendo en riesgo a todos.
Según David Lusseau, de la Universidad de Aberdeen, interacciones frecuentes con barcos pueden interrumpir sus actividades esenciales, y a largo plazo, impactar en su capacidad reproductiva, reduciendo la supervivencia de las crías.
Además, la Sociedad de Conservación de Ballenas y Delfines alerta sobre los riesgos de esta práctica, que, al ser una industria lucrativa, prioriza el beneficio económico sobre la conservación de estos mamíferos.
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Por otro lado, algunos países cuentan con leyes específicas para regular el avistamiento de ballenas, limitando la cantidad de embarcaciones permitidas y estableciendo velocidades máximas.
Sin embargo, la vigilancia de estas normas es complicada, ya que los barcos suelen operar lejos de la costa. Además, en algunas naciones ni siquiera existen lineamientos voluntarios. Según Vanessa Williams-Grey, de la WDCS, los viajes mal gestionados pueden provocar reacciones negativas en las ballenas, como interrupciones en su descanso o un aumento en su frecuencia respiratoria, lo que, al consumir más energía, podría perjudicar su salud a largo plazo.
Finalmente, para tener un avistamiento de ballenas responsable se deben seguir las siguientes recomendaciones:
Mantener una distancia mínima de seguridad de 100 metros.
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