La vitamina C ayuda a la producción de colágeno, carnitina, y aminoácidos, por lo que se considera necesaria para la cicatrización de las heridas, además de que facilita la recuperación luego de las quemaduras.
También es fundamental para la salud de los huesos y los vasos sanguíneos. Es antioxidante, y mejora la función inmunitaria, de igual forma facilita la absorción de hierro, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.
Según datos publicados en un artículo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), las personas que consumen una cantidad adecuada de esta vitamina tienen menor riesgo a padecer cáncer.
“Es posible que quienes consumen gran cantidad de vitamina C al comer frutas y verduras corran menos riesgo de tener varios tipos de cáncer, como cáncer de pulmón, seno y colon”, señala el artículo de los NIH.
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Las personas con deficiencia de vitamina C pueden contraer escorbuto (inflamación y sangrado de las encías), o pueden experimentar dolor en las articulaciones, mala cicatrización de las heridas, así como pérdida de la visión.
Parte de los síntomas del escorbuto incluyen fatiga y depresión, por lo que la poca o nula ingesta de Vitamina C también afecta la salud mental de las personas.
En los lactantes y los niños puede estar afectado el crecimiento óseo, según el Manual de Merck.
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina C, en el artículo de los NIH mencionan algunos ejemplos: frutas cítricas como naranjas, toronjas, limón, mandarina; pimientos rojos y verdes, kiwi. También está presente en el brócoli, fresas, melón, papas y tomates.
Recomiendan, que de preferencia las frutas y verduras se coman crudas o cocidas al vapor para que no pierdan las cantidades de dicha vitamina.
“El contenido de vitamina C de un alimento podría disminuir al cocinarse o almacenarse por tiempo prolongado. Es posible que al cocinar los alimentos al vapor o en hornos de microondas la pérdida de vitamina C sea menor. Afortunadamente, muchas de las mejores fuentes de vitamina C, como las frutas y verduras, se comen crudas”, detallan en el artículo.
Es importante mencionar que sólo un especialista en nutrición puede recetar suplementos alimenticios con vitamina C, ya que las concentraciones demasiado elevadas de esta vitamina causan diarrea, náuseas y cólicos estomacales. En los casos más graves puede dañar los tejidos del cuerpo.
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Además de la prevención de varios tipos de cáncer como el de pulmón, seno y colon, la ingesta adecuada de vitamina C ayuda a tener menos riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Los NIH mencionan que estudios han demostrado que la vitamina C, en la mayoría de las personas, no reduce el riesgo de contraer enfermedades infecciosas que afectan el aparato respiratorio, como la gripe.
Sin embargo, puede ayudar a disminuir los síntomas o la duración del resfriado común.
La vitamina C debe tomarse de acuerdo a la edad y género. Por ejemplo, la cantidad recomendada para adultos hombres es de 90 miligramos por día, mientras que la cantidad para las mujeres adultas es de 75 miligramos.
Las cantidades también varían para los bebés, adolescentes, mujeres embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Por ello es importante acudir con un especialista, para que las cantidades de vitamina C sean personalizadas y adecuadas.
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ayef/sal