Este regreso a clases trae consigo múltiples emociones que no sólo viven los estudiantes, sino también padres de familia o tutores.
Quienes de igual forma lo experimentan son los docentes, que buscan tener en sus aulas un ambiente de aprendizaje y respeto; no obstante, resulta un tanto complicado.
Y es que hoy en día el acoso escolar o bullying es un problema que aqueja a la mayoría de las escuelas sin importar si se trata del sector público o privado. Ante ello, la psicóloga Rut Lovera habló para EL UNIVERSAL puntualizando cuáles son los tipos de bullying y cómo identificarlo.
Rut Lovera mencionó que el regreso a clases representa una carga de emociones variadas, algunos están felices de volver a ver a sus amistades, otros se proponen nuevas metas, pero existen aquellos para quienes es sinónimo de estrés, ansiedad y depresión por el acoso o maltrato del que son víctimas.
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La especialista lo definió como “una conducta de cualquier persona que maltrata a otro ser humano utilizando fuerza física, autoridad, poder social o intelectual, culminando en una violencia desigual”.
También conocido que la intimidación infantil, maltrato, o acoso escolar, es la principal causa de suicidios en niños y jóvenes estudiantes, por lo que llamó a conocer sobre sobre el tema para identificarlo a tiempo.
Suele ser el más común, de acuerdo con Rut Lovera, e implica un contacto físico entre los agresores y la víctima. Suele manifestarse en forma de golpes, empujones e incluso robo o daño a las pertenencias de la víctima.
La conducta predominante en este tipo de acoso consiste en la discriminación, pero la víctima también sufre de la difusión de rumores de carácter racista o sexual, bromas pesadas e insultos, o apodos, amenazas y burlas. Lovera destacó que el bullying verbal se da principalmente entre mujeres.
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En este caso se da una persecución, intimidación, chantaje, manipulación y amenazas a la víctima y de acuerdo con la especialista en salud mental, esta serie de acciones dañan directamente la autoestima de la persona que lo sufre.
“La víctima crea una sensación grande de temor, este tipo de bullying suele ser más difícil de detectar por parte de profesores o padres porque son formas de acoso o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda anteponerse a la situación”, dijo.
Los agresores que ejercen este tipo de bullying en sus víctimas suelen aislarlos. Es decir, los dejan solos, “son los excluidos”, de acuerdo con Rut Lovera.
“El objetivo de este tipo de bullying es aislar al niño o joven del resto del grupo, ignorándolo y excluyéndolo. Puede ser de manera directa hacia la víctima como el no dejar que participe en actividades, sacarlo del grupo de WhatsApp o redes de la clase”, mencionó.
La psicóloga dijo que la forma indirecta es, como tal, ignorar a la víctima, “como si se tratase de un objeto, haciendo de cuenta que no existe y los agresores aplican la ley del hielo”.
Rut Lovera puntualizó que el fácil acceso a la tecnología trae consigo actos que dañan severamente el autoestima y estado emocional de la víctima.
“Es un tipo de acoso muy preocupante y con consecuencias graves por el alcance que se logra de los actos de humillación contra la víctima y en la mayoría de los casos el anonimato en que pueden permanecer los acosadores creando perfiles y usuarios falsos”, dijo.
Las formas de agresión en internet contemplan: amenazas en mensajes de texto, correos electrónicos, o chats de WhatsApp. Así como humillaciones en redes sociales.
“El contenido de este tipo de bullying va desde insultos a montajes fotográficos o de vídeo para reírse y burlarse de la víctima, como imágenes inadecuadas tomadas sin su permiso, críticas respecto a su origen, religión, nivel socioeconómico de la víctima o de sus familiares y amigos. Todo el contenido que tenga como objetivo humillar a la víctima”, comentó Lovera.
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La psicóloga Rut Lovera recomendó poner atención en las siguientes conductas, que pueden indicar que tu familiar es víctima de bullying:
- Baja autoestima
- Actitudes pasivas: No expresar correctamente las opiniones, hacerse de menos, menospreciarse a sí mismos o su trabajo.
- Trastornos emocionales: Depresión, ansiedad, trastorno bipolar.
- Problemas psicosomáticos: Depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, pérdida de interés por los estudios, menor rendimiento y fracaso escolar,
- Aparición de trastornos fóbicos: Miedos persistentes, irracionales e intensos ante situaciones, circunstancias u objetos específicos.
- Sentimiento de culpabilidad
- Alteraciones de la conducta: intromisión, introversión, timidez, aislamiento social y soledad, problemas en las relaciones sociales y familiares, baja satisfacción familiar, baja responsabilidad, actividad y eficacia, síndrome de estrés postraumático, rechazo a la escuela, manifestaciones neuróticas y de ira y faltas de asistencia a la escuela e incluso abandono de los estudios.
Para lograr una prevención oportuna y adecuada, de acuerdo con la especialista, es importante que los padres o tutores y los maestros brinden información y atención ante las primeras señales de alerta.
Asimismo, crear conciencia por medio de pláticas y ante cualquier sospecha ya sea de la víctima o el agresor; llevarlos inmediatamente por atención psicológica.
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Y para los maestros:
Lo anterior es sólo una forma de conocer y prevenir el acoso escolar, pero la psicóloga Lovera destaca que los jóvenes acudan a terapia psicológica, de esta forma tendrán una atención especializada en la que incluso se pueden tratar otro tipo de traumas que estén mermando el desarrollo mental y emocional.
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