América del Sur cuenta con una gran biodiversidad de flora y fauna. Muchos de los animales que se hallan aquí no existen en otros países o regiones, como es el caso de la anaconda verde del norte, una especie de serpiente que se la catalogó este mes como la más grande del mundo. El biólogo y figura pública Freek Vonk buceó junto a una de ellas en un lago de Brasil. Sus dimensiones lo dejaron atónito.
Según describió Vonk, la anaconda medía nueve metros de largo y pesaba cerca de 200 kilos, lo que la convirtió en una de las variedades de mayor tamaño. Gracias a su descubrimiento, logró definir que existe una subespecie de la famosa anaconda gigante que tiene otras características.
En la revista MDPI Diversity explicó este hallazgo en el número correspondiente a febrero, con un artículo en el que intervinieron otros científicos que estudiaron a la anaconda verde del norte. Junto a 14 especialistas de diferentes países, determinaron que hasta el momento esta sería el ejemplar más grande de la Tierra.
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El biólogo advirtió: “La región amazónica está bajo una severa presión debido al cambio climático y la continua deforestación. Ya desaparecieron más de una quinta parte del Amazonas, lo que representa más de 30 veces la superficie de los Países Bajos”. Es por esta razón que las especies en peligro abandonan sus hábitats por lugares más seguros, pero estos suelen ser cerca de las ciudades y pueblos.
Genéticamente, ambos reptiles son distintos, “un cinco y medio porciento”, le señaló Bryan Fry, biólogo de la Universidad de Queensland (Australia) a National Geographic Explorer. Luego de las muestras de sangre y piel que tomaron en Ecuador, Venezuela y Brasil, delinearon una clara división geográfica en donde habitan. Es por ello que cambiaron su nombre a anaconda verde septentrional -Eunectes akayima, por su nombre científico- y a la ya existente, se le dejó su denominación de anaconda verde meridional, E. murinus.
Sobre el resultado de los análisis, Fray afirmó: “No esperaba ese nivel de divergencia, es alucinante. Estábamos todos muy contentos”. En cuanto a su conservación, desde la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, explicaron que la anaconda verde no presenta mayores riesgos de extinción debido al terreno que abarca, sin embargo, Bryan insistió: “Es importante, porque la recién descrita anaconda verde del norte tiene un área de distribución mucho menor que la del sur, lo que significa que es mucho más vulnerable”.
Lo llamativo de estas recién descubiertas serpientes es que nunca se mezclaron con las ya conocidas. Si bien conviven en los límites fronterizos, no llegaron a producir un mestizaje, algo que asombró a la comunidad de especialistas que se embarcó en esta investigación.
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Las anacondas verdes del norte son tan grandes que tienen la capacidad de matar y comer a un ser humano, pero Bryan Fry contó al medio anteriormente citado, que solo sucede en casos extremos y que no se registraron en América del Sur, a diferencia de las pitones reticuladas en Asia.
Estas serpientes pasan la mayor parte de su tiempo sumergidas en aguas turbias de pantanos, marismas, arroyos o ríos, por lo que el riesgo de hacer daño a las personas es bajo. Además, en el artículo de MDPI Diversity, remarcaron que cuando se intenta agarrar a una de estas, de inmediato son capaces de orinar más de medio litro de líquido como reacción defensiva.
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