La ruda es una planta medicinal cuyo uso remonta a siglos atrás en la medicina tradicional por sus efectos sobre la digestión. Contiene varios compuestos bioactivos, como flavonoides, aceites esenciales y alcaloides, que le otorgan propiedades específicas para aliviar espasmos y problemas digestivos. Al consumir ruda en pequeñas dosis, estos componentes actúan sobre el sistema digestivo relajando los músculos lisos del tracto gastrointestinal, lo que ayuda a reducir espasmos y a aliviar síntomas como la indigestión y la hinchazón abdominal.
Entre sus componentes más destacados se encuentran los flavonoides, que ofrecen un efecto antioxidante para proteger las células del daño causado por radicales libres y reducir la inflamación. También están presentes las cumarinas, reconocidas por sus efectos anticoagulantes y vasodilatadores, lo que ayuda a la circulación sanguínea. Asimismo, sus aceites esenciales tienen propiedades antimicrobianas y antiparasitarias, factores que refuerzan su aplicación para molestias digestivas causadas por infecciones leves, según Mayo Clinic. Sin embargo, es importante destacar que, aunque estos beneficios han sido reconocidos en la medicina tradicional, la investigación moderna aún evalúa sus efectos y sus posibles variaciones en diferentes personas.
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Los compuestos de la ruda permiten calmar los movimientos involuntarios del intestino, aliviando así los espasmos que suelen provocar dolor abdominal y otros problemas digestivos. Este efecto antiespasmódico también se debe a sus alcaloides, que afectan tanto al sistema nervioso como al muscular, ofreciendo una acción relajante y antiinflamatoria. Estos beneficios convierten a la ruda en una opción para aliviar malestares gástricos y lograr una digestión más ligera.
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Pese a sus propiedades, la ruda es una planta tóxica en grandes cantidades. Ingerirla sin precaución puede causar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea e incluso daño hepático o renal. Dado que también estimula las contracciones uterinas, su uso está contraindicado en el embarazo, ya que puede provocar aborto espontáneo. Asimismo, personas con enfermedades renales, hepáticas o con problemas de coagulación deben evitarla, ya que la ruda puede aumentar el riesgo de hemorragias al interactuar con medicamentos anticoagulantes. Las personas alérgicas o sensibles a plantas de la misma familia también deben abstenerse de consumirla.