Los habitantes de al menos 10 edificios de Tlatelolco abandonaron sus departamentos después de ocurrida la matanza del 2 de octubre. La movilización inició en las primeras horas del jueves 3 de octubre de 1968 y durante los siguientes días otras familias hicieron lo mismo, así lo describió una nota de este diario.
“Aterrorizados y aún con las huellas de la tremenda impresión que recibieron al verse sorprendidos entre el fuego graneado de las tropas y los agitadores, los vecinos de Tlatelolco comenzaron a desocupar los departamentos e indicaron que será muy difícil que regresen a ellos”, se leía.
Salían cargando colchones , ropa, cunas y jaulas con sus mascotas. En los edificios quedaron las perforaciones de los impactos de bala y, en algunos casos, rastros de sangre.
Fue el 2 de octubre de 1968 cuando ocurrió la matanza de estudiantes y de otros civiles, quienes participaban en un mitin en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Las notas periodísticas reportaban los hechos de manera incierta, pues había distintas versiones de lo ocurrido aquél miércoles.
Al día siguiente de la matanza, varias familias abandonaron Tlatelolco
“Con el temor reflejado en el rostro, esta familia evacuó su departamento en el edificio Chihuahua de la Unidad Tlatelolco. Miles de familias sacaron lo más indispensable para residir temporalmente en otro lado”, decía el pie de una foto.
La imagen mostraba a un niño cargando un perro en una mano y con la otra la jaula con un perico adentro. Al lado iba una mujer con maletas y otra jaula pues estaban huyendo después de lo ocurrido en la noche y madrugada.
Como ellos, hubo una gran cantidad de familias que decidieron no exponerse y dejar sus casas, solo llevando algunas pertenencias. No se sabe si en algún momento regresaron o durante cuánto tiempo se refugiaron en otro lugar mientras la Plaza de las Tres Culturas permanecía sitiada.
La imagen y algunas notas eran parte de la primera plana en la edición de El Universal del viernes 4 de octubre. Uno de los textos relataba que miembros de la I Zona Militar y del Batallón de Paracaidistas, todavía dos días después, siguieron custodiando las instalaciones del centro urbano Nonoalco-Tlatelolco.
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Al día siguiente de la matanza, varias familias abandonaron Tlatelolco
La nota reportaba una balacera “con un sangriento saldo”. Por esa razón, los soldados no abandonaron sus posiciones de combate y había tanques rondando por distintos sectores de la zona que, para ese momento, ya estaba en calma.
“La última ráfaga de disparos se registró a las 10:30 de la mañana cuando un sujeto no identificado vació una pistola desde uno de los pisos superiores del edificio Chihuahua”, continuaba el texto. Fue por hechos como este que varias familias dejaron sus hogares, para no exponerse a la violenta reacción de los militares.
Al día siguiente de la matanza, varias familias abandonaron Tlatelolco
En las siguientes horas de aquella mañana continuaron las detenciones de personas que salían de sus departamentos o, sin razón aparente, eran custodiados por los soldados. Sumaron alrededor de 50 jóvenes más que fueron aprehendidos, la mayoría estudiantes.
“Los muchachos se escondían aún en los recovecos de los edificios y en los cubos de los elevadores. Incluso habían tratado de pasar inadvertidos en varios departamentos que se encuentran desocupados”, detallaba la información.
Al día siguiente de la matanza, varias familias abandonaron Tlatelolco
También se reportaron varios periodistas extranjeros extraviados, de acuerdo con una nota de la edición del 3 de octubre de este diario. Se calculaba que había al menos cuatro reporteros invitados por el Consejo Nacional de Huelga (CNH) para cubrir el mitin.
Entre los periodistas desaparecidos estaban los alemanes Hans Batel y Kurt Brew, quienes eran camarógrafos del Canal 2 de la televisión alemana. Lo mismo ocurrió con reporteros japoneses del diario Asahi.
Se trataba de Kito Shigeni y Hinoki Junichiro, que desde las 20:30 horas del miércoles 2 de octubre estaban desaparecidos. Uno de los casos más conocidos fue el de la reportera italiana, Oriana Fallaci, quien se quejó del tumulto causado y en el cual resultó herida.
Según denunció Fallaci, le robaron su bolsa y desde ese momento anunció una campaña contra México por el mal trato recibido mientras hacía su trabajo, pues decía que también había sido convocada al mitin por los estudiantes.
Fuentes:
Hemeroteca El Universal.