Los son una experiencia común, pero profundamente incómoda. Muchas personas, especialmente en la adultez, los sufren con cierta frecuencia, despertando en medio de la noche por un dolor repentino en las piernas.

Según un estudio dirigido por John Winkelman, especialista en medicina del sueño en la Universidad de Harvard, casi el 30% de los adultos los experimentan al menos cinco veces al mes, y el 6% lo sufre aún más, al menos 15 veces al mes. Pero, ¿qué estos calambres y cómo podemos aliviarlos?

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¿Qué causas pueden originar los calambres nocturnos?

Aunque las causas de los calambres nocturnos no siempre están claras, varias condiciones pueden contribuir a su aparición. Entre las razones más frecuentes, según Mayo Clinic, se destacan:

  1. Problemas en los pies o piernas: Condiciones como el pie plano pueden alterar la postura y provocar tensiones musculares que deriven en calambres.
  2. Alteraciones posturales: Enfermedades o hábitos que afectan la postura o los músculos pueden incrementar el riesgo de sufrir calambres.
  3. Malas posiciones durante el día: Pasar muchas horas en posturas inadecuadas puede afectar los músculos, generando contracciones dolorosas en la noche.
  4. Deshidratación: La falta de líquidos afecta el equilibrio electrolítico del cuerpo, lo que puede desencadenar contracciones musculares involuntarias.
  5. Enfermedades metabólicas: Afecciones como la diabetes o problemas de tiroides pueden interferir en la función muscular, causando calambres.
  6. Medicamentos: Algunos fármacos tienen como efecto secundario la aparición de calambres, especialmente aquellos que afectan los niveles de electrolitos en el cuerpo.
  7. Falta o exceso de ejercicio: Tanto la inactividad prolongada como el esfuerzo físico excesivo pueden desencadenar calambres.
  8. Embarazo: Durante el embarazo, la falta de magnesio y otros minerales es una de las principales causas de estos espasmos musculares.
  9. Edad avanzada: El riesgo de sufrir calambres aumenta con la edad, ya que los músculos pierden flexibilidad y capacidad de recuperación.

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¿Qué soluciones pueden aliviar los calambres nocturnos?

Afortunadamente, existen algunas soluciones prácticas que pueden ayudar a aliviar los calambres nocturnos y, en algunos casos, prevenirlos. Estas son cuatro opciones que puedes considerar:

  1. Estiramiento del músculo afectado: Al sentir un calambre, estirar el músculo involucrado puede ser una manera efectiva de reducir el dolor. Por ejemplo, si el calambre ocurre en la pantorrilla, intentar estirar la pierna y flexionar el pie puede aliviar la contracción.
  2. Caminar: A veces, levantarse y caminar puede ayudar a relajar el músculo contraído y permitir que la sangre fluya mejor hacia la zona afectada.
  3. Aplicar calor: Utilizar una compresa caliente o una bolsa de agua caliente en la zona afectada durante algunos minutos puede ayudar a relajar el músculo.
  4. Masaje con hielo: Al igual que el calor, un masaje con hielo puede reducir la inflamación y aliviar el dolor provocado por los calambres.


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