Todas las personas precisamos de un trabajo para poder subsistir. A través de un empleo es como conseguimos el dinero que nos permite adquirir los bienes y servicios con los que desarrollamos nuestro estilo de vida y el de nuestra familia.
Con el paso de los años, los trabajos han ido mutando y la paleta de posibilidades se ha diversificado por completo. El avance de la tecnología, la pandemia de coronavirus y la adquisición de nuevas filosofías de vida han alentado el surgimiento de nuevos trabajos u otras maneras de llevarlos a cabo por lo que las personas han tenido que adaptarse a estos, con o sin una amplia aceptación.
Trabajar es una obligación y desde esa raíz ya supone un esfuerzo de cada persona por realizarlo. De todos modos, muchas tienen la posibilidad de ocupar un puesto laboral en algo que verdaderamente aman y disfrutan hacer, mientras otras lo llevan a cabo como una carga ya. Esto se debe a las exigencias y situaciones propias de cada trabajo y su impacto en la vida personal de quien lo realiza.
Es en este punto que la Universidad de Harvard llevó a cabo un estudio en el que logró revelar que existen trabajos que generan menos felicidad que otros. El psiquiatra Robert Waldinger encabezó la investigación y detalló que los resultados obtenidos remarcan que quienes llevan a cabo determinados trabajos son más propensos a tener emociones negativas y desarrollar situaciones de malestar, estrés y ansiedad.
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Waldinger explica que las personas que se desenvuelvan en un trabajo que no les gusta tienen mayores posibilidades de llegar “más infelices a la vejez”. Al respecto, desde la Universidad de Harvard remarcaron que, por los casos analizados, se concluyó que una parte importante para que las personas se sientan felices en su trabajo es la existencia de “interacción social” con sus compañeros, algo que se traduce en una sensación de mayor satisfacción con su trabajo.