En el último lustro, han aparecido en Internet un número importante de personajes que se han colocado en el gusto de los jóvenes y los no tan jóvenes. Nos referimos a los vloggers y los youtubers , creadores de contenido con un fuerte poder de convocatoria, los cuales, no solo marcan muchas tendencias en la cultura pop actual sino que rigen tendencias de consumo que en consecuencia influyen en campañas de mercadotecnia y ventas de las marcas.
La AMI (Asociación Mexicana de Internet), en mayo de 2018, en su “13° estudio sobre los hábitos de los usuarios de Internet en México”, demostró que YouTube se posicionó como la tercera aplicación más usada por los mexicanos, con un 72%. Esto significa, que gran porcentaje de los internautas consumen contenido audiovisual, además de emular y admirar a vloggers y youtubers .
Cabe destacar que el número de vloggers es gigantesco y crece cada día. En Latinoamérica, existen casos de éxito de vloggers y youtubers que no solo han logrado posicionarse en el gusto de sus audiencias con contenidos únicos que gustan y atrapan, sino que han desarrollado una economía alrededor de ellos, que les permite tener altos ingresos a través de sus canales y videos.
El término “vlogging”, a grandes rasgos, es la integración de dos conceptos: Blog, que es un espacio en Internet donde se publican textos sin edición o confirmación de sus fuentes en la web. Y video, que es la estructuración audiovisual coherente de una historia o relato, que requiere un guión, preproducción, producción y postproducción, ¡por eso se está convirtiendo en toda una industria!
Los vloggers y youtubers son conductores de sus propios programas, con su propia agenda y hasta con sus propios patrocinadores. Los más exitosos ofrecen contenidos a dos y tres cámaras, drones, invitados especiales, venden sus productos en sus propias tiendas en línea y conducen sus contenidos con tal maestría que bien podrían enseñarles a los conductores de la televisión.
Esta nueva generación de creadores de contenido han sido catalogados, por algunos, como líderes de opinión para segmentos que los medios de comunicación y muchas marcas no están escuchando. Si bien algunas críticas giran alrededor de los datos que llegan a presentar en sus contenidos o la “agenda” a la que puedan estar sujetos, los vloggers y youtubers generan influencia.
No todos los vloggers son influencers, ya que estos deben contar con cierta popularidad en redes sociales, lo que las marcas si están capitalizando para generar influencia creíble sobre sus suscriptores en cuanto a actitudes y conductas de consumo.
Por su parte, la generación Z o Post Millenials forman gran parte de la audiencia de estas nuevas figuras públicas. Están inmersos las 24 horas del día con algún tipo de aparato electrónico en sus manos, son una generación crítica, inteligente y capaz, que además, domina las nuevas tecnologías como ninguna otra generación. Ellos son la base de lo que se conoce como la cultura del Internet y las redes sociales.